PERSIGUIENDO NAZIS en el refugio español
Un censo elaborado en el mes de abril de 1946 revelaba que entonces residían en España alrededor de 10.000 alemanes. De ellos, casi un 20%, concretamente 1.677, fueron reclamados al gobierno franquista por los aliados para que fueran repatriados a Alemania. Recién finalizada la Segunda Guerra Mundial, España era uno de los principales refugios de medios y altos cargos del Tercer Reich. Y aquello suponía una amenaza para el plan de los vencedores.
Conscientes del peligroso equilibrio en el que había que subsistir los años posteriores a un conflicto de tales dimensiones, los aliados diseñaron un plan de desnazificación que evitase cualquier tentación de levantar un nuevo Reich en Occidente. Pero para llevar a cabo dicho propósito, necesitaban de la colaboración del gobierno franquista en la repatriación de aquellos individuos. No iba a ser tan fácil.
En La casa de nazis en la España de Franco, David A. Messenger, historiador y especialista en los estatus y las relaciones internacionales durante el régimen franquista, se adentra en un terreno muy interesante y obviado hasta hace muy poco, el de la utilización de la España de posguerra como conducto de huida de los nazis después de la IIGM. Pero, además, va un poco más allá y profundiza en un aspecto mucho menos conocido, en la actitud y las acciones que llevaron a cabo los aliados para lograr atrapar a aquellos alemanes que habían encontrado en nuestro país un sistema político y social que encontraban confortable.
Para ello, Messenger se ha adentrado en multitud de expedientes conservados en los archivos españoles, británicos y estadounidenses y, a partir de ello, ha sido capaz de hilar una narración tan rigurosa como amena en la que conoceremos más sobre la vida de los jerarcas nazis en España y, sobre todo, sobre la persecución llevada a cabo por los aliados y las reacciones que estos últimos y el gobierno franquista tuvieron ante las demandas de unos y otros. Una lección sobre la complejidad de la Historia en uno de los momentos más críticos de la Edad Contemporánea./J.M.G.