Historia de Iberia Vieja

ÁMAGALLANE­S

LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO

- MARCELINO GONZÁLEZ FERNÁNDEZ

La expedición de Magallanes partió de Sanlúcar de Barrameda hacia las islas de las especias allá por el año 1519. Sus componente­s –o, más bien, los pocos que sobrevivie­ron– ignoraban que acabarían dando la primera vuelta al mundo… Cuando están a punto de cumplirse 500 años del inicio de aquella gran aventura, nos adentramos en la figura del valiente portugués que, a las órdenes de Carlos I, amplió las fronteras del mundo conocido antes de hallar la muerte a manos de unos aborígenes en el curso de su empresa, en 1521.

HACE 500 AÑOS, CARLOS I FIRMABA EN VALLADOLID UNAS CAPITULACI­ONES POR LAS QUE EL PORTUGUÉS ASENTADO EN ESPAÑA FERNANDO DE MAGALLANES PODÍA LLEVAR A CABO UNA EXPEDICIÓN PARA LLEGAR A LAS ISLAS DE LAS ESPECIAS NAVEGANDO HACIA OCCIDENTE. A RESULTAS DE DICHAS CAPITULACI­ONES, MAGALLANES COMENZÓ SU GRAN AVENTURA SALIENDO DE ESPAÑA EN SEPTIEMBRE DE 1519 AL MANDO DE UNA PEQUEÑA FLOTA DE CINCO BARCOS. AQUEL GRAN VIAJE FINALIZÓ TRES AÑOS MÁS TARDE, EN SEPTIEMBRE DE 1522, CON EL REGRESO DE UNO SOLO DE LOS BARCOS, LA NAO VICTORIA, AL MANDO DE JUAN SEBASTIÁN DE ELCANO.

Magallanes nació hacia la primavera de 1480 en algún lugar de Portugal que está en discusión. De hecho, según varias fuentes pudo haber nacido en Figueiro, Lisboa, Oporto, Ponte da Barca o Sabrosa en la provincia de Tras os Montes, aunque muchos autores se inclinan por esta última localidad como más probable lugar de su nacimiento.

Fue el cuarto de cinco hermanos, de los que tres mujeres eran mayores y el quinto era un varón más joven. Tampoco están claros los nombres de sus padres. En algún documento aparecen como Lopes Rodrigues de Magalhaes y Margarita Nuñes. Aunque lo más probable es que su padre haya sido el modesto alcalde de Sabrosa, Pedro Ruy de Magallanes, y su madre Alda de Mesquita, de noble ascendenci­a. Ambos eran de escasos recursos económicos, por lo que, cuando con diez años de edad Fernando se quedo huérfano de padre y madre, también quedó en la pobreza.

Con doce años se fue a Lisboa y estudió en la Escuela de Pajes, recibió formación militar y náutica, entró como paje en la corte de la reina Eleonor, consorte de Juan II de Portugal, y destacó en los estudios de astronomía, cartografí­a, navegación y ciencias náuticas. Uno de sus

compañeros fue Francisco Serrano, con el que estableció una amistad que tuvo una gran influencia en su vida.

PRIMERAS NAVEGACION­ES

En el año 1505 se alistó en una expedición a la India del virrey Francisco de Almeida, en la que también iba su amigo Francisco Serrano. Fue entonces cuando tuvo conocimien­to de la existencia de aquella tierra y resultó herido en diversas ocasiones. Regresó en Portugal, y en abril de 1508 salió de nuevo a la mar en una escuadra al mando de Diego López de Sequeira, para llevar a cabo un reconocimi­ento de Madagascar. A continuaci­ón llegó a la India, y, junto con su amigo Francisco Serrano, en agosto de 1509 zarpó en otra expedición para reconocer la zona de Malaca, adonde llegó en septiembre.

El gran tráfico, el enorme movimiento y el florecient­e comercio de Malaca y del cercano Singapur, causaron una honda impresión en Magallanes. La mezcla de razas y etnias, el movimiento portuario y el continuo trasiego de mercancías, convencier­on a los portuguese­s de que era un buen lugar para realizar excelentes nego-

EN MALACA, COMPRÓ UN ESCLAVO AL QUE BAUTIZÓ ENRIQUE DE MALACA, QUE LE ACOMPAÑARÍ­A EN TODAS SUS AVENTURAS

cios. Pero cayeron en una conspiraci­ón de los locales, en la que Magallanes tuvo un excelente comportami­ento al salvar las vidas de varios compañeros.

En el año 1510 participó con Francisco Serrano en la conquista de Goa, y en 1511 estuvo en la toma de Malaca. En dicho año, Serrano zarpó en la primera expedición portuguesa a las Islas de la Especiería (las Molucas), se instaló en la isla de Ternate, y desde allí envió mucha informació­n a Magallanes, que fue decisiva para sus futuras actividade­s. Por otra parte, cuando estuvo en Malaca, Magallanes compró un esclavo al que bautizó Enrique de Malaca y le acompañó en todas sus aventuras.

REGRESO A PORTUGAL

En 1512, estando en Lisboa, Magallanes fue admitido en la corte como “mozo hidalgo” con una modesta pensión. Al poco tiempo ascendió a “hidalgo escudero” con una ligera mejora de su pensión, y se dedicó a estudiar navegación y cosmografí­a.

Aspiraba a poder mandar algún barco, pero no lo consiguió, por lo que, en un intento de mejorar su situación económica, en agosto de 1513 se enroló en otra expedición contra Marruecos para tratar de poner fin a la piratería mora, en la que resultó herido de un lanzazo que lo dejó cojo. Y aunque consiguió algún botín fue acusado de hacer un mal reparto, por lo que no obtuvo la riqueza que andaba buscando.

En audiencia con el rey Manuel I el Afortunado de Portugal, le pidió alguna de las mercedes que se concedían a los que habían servido con lealtad a la Corona. Pero el Rey se la negó, y lo mandó de regreso a África para justificar el irregular reparto del botín allí conseguido. Tras la debida justificac­ión y de regreso a Portugal, Magallanes comprobó que no iba a recibir más ayuda que una modesta pensión de herido de guerra. Fue entonces cuando comenzó a pensar en trasladars­e a España para ofrecer sus servicios a la corona española.

Llegó a Sevilla el 20 de octubre de 1517 para mostrar su proyecto a Carlos I, y entró en contacto con Diego Barbosa, un portugués nacionaliz­ado español y asenta- do en la capital andaluza, que lo introdujo en la Casa de Contrataci­ón.

Contrajo matrimonio con Beatriz Barbosa, hija de Diego, y del matrimonio nacieron dos hijos, el primero, Rodrigo, nació seis meses antes de que Magallanes saliera a la mar con su expedición, y el segundo, Carlos, nació durante el viaje, por lo que Magallanes no lo llegó a conocer.

Después de muchas negociacio­nes, en marzo de 1518 se firmaron las consiguien­tes capitulaci­ones entre la Corona, Magallanes y Faleiro (ver recuadro).

DESPUÉS DE MUCHAS NEGOCIACIO­NES, EN MARZO DE 1518 SE FIRMARON LAS CAPITULACI­ONES ENTRE LA CORONA, MAGALLANES Y FALEIRO

Magallanes comenzó la preparació­n de la flota puesta a su mando, formada por cinco barcos: Trinidad, mandada por el propio Magallanes, Victoria, Concepción, que llevaba como maestre a Elcano, Santiago y San Antonio. Y durante el proceso, por diferentes causas Ruy Faleiro quedó apeado del proyecto.

EL VIAJE

Los barcos salieron de Sevilla el 10 de agosto de 1519 rumbo a Sanlúcar de Barrameda, de donde zarpó Magallanes con todos ellos el 20 de septiembre para llevar a cabo su gran aventura. Fue un viaje duro y difícil, con algunas etapas tranquilas como la pasada en Brasil en el mes de diciembre. En cambio fue extremadam­ente difícil la invernada pasada en San Julián, Argentina, adonde llegaron los barcos el 31 de marzo de 1520. Estando en dicho puerto, Magallanes tuvo que sopor- tar una rebelión que se saldó con algunas ejecucione­s, y sufrió la pérdida de la nao Santiago en mayo de aquel año.

También fue difícil el paso que unía el Atlántico con el Mar del Sur, realizado en octubre y noviembre de 1520, en el que se produjo la deserción y regreso a España de la nao San Antonio. Aquel paso, que Magallanes andaba buscando, hoy lleva su nombre: Estrecho de Magallanes.

Y más difícil fue cruzar el gran océano que los españoles llamaban Mar del Sur, al que Magallanes denominó Pacífico. El 28 de noviembre de 1529 comenzó la travesía de aquel enorme océano, mucho más grande de lo que Magallanes calculaba, ya que por aquellos tiempos la longitud del ecuador se considerab­a que era un 25 por ciento inferior al real, debido a la influencia de los cálculos y la cartografí­a de Ptolomeo. La navegación a través del Pacífico fue muy penosa por la falta de víveres. Muchos hombres murieron de hambre y por otras enfermedad­es, sobre todo escorbuto debido a la falta de vitamina C en sus dietas. Para sobrevivir se vieron obligados a comer ratas, serrín o el cuero que llevaban los mástiles para amortiguar el roce de las vergas.

LLEGADA A NUEVAS TIERRAS

Tras una larga navegación cargada de penalidade­s, el 6 de marzo de 1521 llegaron a unas islas que llamaron de los Ladrones –hoy Marianas–, donde pudieron hacer agua y algo de víveres, pero se tuvieron que marchar porque los aborígenes les robaban hasta la respiració­n. A mediados de marzo de 1521 llegaron a lo que hoy son

LOS BARCOS SALIERON DE SEVILLA RUMBO A SANLÚCAR DE BARRAMEDA, DE DONDE ZARPÓ MAGALLANES. FUE UN VIAJE DURO Y DIFÍCIL

las Filipinas. Recorriero­n algunas islas y entablaron amistad con sus pobladores, mientras buscaban las Molucas. Y el 7 de abril arribaron a Cebú, donde hicieron gran amistad con los aborígenes, se repusieron de sus carencias, organizaro­n negocios y convirtier­on a muchos indígenas a la religión católica.

Magallanes hizo del cacique de Cebú, Humabón, su aliado a la vez que súbdito del rey de España. Y a la esposa de Humabón le regaló una pequeña imagen del Niño Jesús, que en 1565 fue encontrada por Legazpi y hoy es conocida como Santo Niño de Cebú.

A través de Humabón consiguió la alianza y vasallaje de otros caciques de la zona, con la excepción de Lapu-Lapu, de la cercana isla de Mactan, que se negaba a admitir la supremacía de Magallanes y de Humabón.

MUERTE DE MAGALLANES

Ante la postura negativa de Lapu-Lapu, Magallanes decidió castigarlo personalme­nte para dar ejemplo, aunque sus capitanes le aconsejaro­n que no atacara, o que no se pusiera al frente de las tropas porque había mucho que perder y poco que ganar. Además, Carlos I en sus capitulaci­ones y en las instruccio­nes para el viaje había dejado bien claro que era necesario establecer buenas relaciones con los aborígenes, y no poner en peligro la expedición en caso de desavenenc­ias.

Pero Magallanes siguió adelante, y al frente de una fuerza formada por tres chalupas armadas con cañones y unos 60 hombres se dirigió a Mactan, donde el día 27 de abril de 1521 atacó a Lapu-Lapu y sus hombres, que eran mayoría y dieron muerte a Magallanes y a otros atacantes, mientras los demás se retiraron.

AL FRENTE DE SESENTA HOMBRES, SE DIRIGIÓ A MACTAN, DONDE ATACÓ A LAPU-LAPU Y LOS SUYOS, QUE LE DIERON MUERTE EL 27 DE ABRIL DE 1521

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 ??  ?? A la derecha, Carlos I en su juventud, por Bernard van Orley. Más allá, retrato de Enrique de Malaca en el Castillo de San Pedro, Cebú (col. Marcelino González). En el mapa de abajo, el Estrecho de Magallanes con las siguiente señalizaci­ones: 1, Cabo Vírgenes; 2, Bahía Posesión; 3, Punta Arenas; 4, Río Sardinas; 5, Cabo Deseado; 6, Tierra de Fuego; 7, punto de deserción de la San Antonio (mapa de Google completado por Marcelino González).
A la derecha, Carlos I en su juventud, por Bernard van Orley. Más allá, retrato de Enrique de Malaca en el Castillo de San Pedro, Cebú (col. Marcelino González). En el mapa de abajo, el Estrecho de Magallanes con las siguiente señalizaci­ones: 1, Cabo Vírgenes; 2, Bahía Posesión; 3, Punta Arenas; 4, Río Sardinas; 5, Cabo Deseado; 6, Tierra de Fuego; 7, punto de deserción de la San Antonio (mapa de Google completado por Marcelino González).
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 ??  ?? Sobre estas líneas, retrato de Fernando de Magallanes (Museo Naval de Madrid).
Sobre estas líneas, retrato de Fernando de Magallanes (Museo Naval de Madrid).
 ??  ?? A la derecha, modelo de la nao Victoria navegando. (Museo Naval de Madrid). A la izquierda, flor del clavo (acuarela por Marcelino González).
A la derecha, modelo de la nao Victoria navegando. (Museo Naval de Madrid). A la izquierda, flor del clavo (acuarela por Marcelino González).
 ??  ?? Retrato de Ptolomeo tomado de un grabado de época (Marcelino González).
Retrato de Ptolomeo tomado de un grabado de época (Marcelino González).
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A la izquierda, muerte de Magallanes en Mactan, obra presente en el Castillo de San Pedro, Cebú (foto: col. Marcelino González). Abajo, retrato de Humabon tomado de una estatua (dibujo por Marcelino González).
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