Historia de Iberia Vieja

ãEL HIJO DE LARGO CABALLERO

- FERNANDO BALLANO

El hijo de Francisco Largo Caballero cumplía el servicio militar en El Pardo cuando se produjo el golpe de Estado de julio de 1936. Arrestado por los insurgente­s, pasó la guerra de cárcel en cárcel, mientras algunos lo daban por muerto y otros barajaban la posibilida­d de intercambi­arlo por José Antonio Primo de Rivera, preso en Alicante hasta su ejecución en noviembre de 1936. La realidad es que Francisco Largo Calvo vivió hasta 2001 y pasó buena parte de su vida exiliado en México.

HAY PERSONAS QUE NO SON IMPORTANTE­S POR SÍ MISMAS SINO POR SER HIJOS DE DETERMINAD­AS PERSONAS. UN CASO PARADIGMÁT­ICO FUE EL DE FRANCISCO LARGO CALVO, HIJO DE FRANCISCO LARGO CABALLERO, SECRETARIO GENERAL DEL PSOE EN EL MOMENTO DEL GOLPE DE ESTADO DE JULIO DE 1936 Y JEFE DEL GOBIERNO DESDE SEPTIEMBRE DE ESE AÑO. DETENIDO AL INICIO DE LA SUBLEVACIÓ­N, PASÓ LA GUERRA CIVIL DE CÁRCEL EN CÁRCEL, SE BARAJÓ SU CANJE POR JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA, LOS PERIÓDICOS INFORMARON DE SU MUERTE Y, FINALMENTE, FUE LIBERADO POR FRANCO EN LOS AÑOS CUARENTA.

Cuando el golpe militar del día 18, Largo Calvo se encontraba realizando el servicio militar obligatori­o como soldado de cuota –los privilegia­dos que, por pagar una buena cantidad de dinero, lo cumplían de seis meses en lugar de 36 y al lado de casa– en el Regimiento de Transmisio­nes de El Pardo. El día 20 estaban acuartelad­os, a la expectativ­a y al corriente de lo sucedido en el Cuartel de la Montaña. Según el entonces sargento Eusebio Ruiz, quien se encontraba de guardia ese día: “por la tarde se presentó en el cuartel el entonces ministro de Trabajo [está equivocado, lo fue entre 1931 y 1933. En aquel momento era secretario general del PSOE y diputado, pero todo el mundo le conocía de su etapa de ministro], Largo Caballero, para ver a su hijo Francisco Largo Calvo que era soldado de cuota. Le dio un beso, unas pesetas y se marchó. Duraría la visita unos minutos y no se le formó la guardia [no había razón para ello pues no era autoridad]”.

Según el propio Largo Caballero, en sus memorias tituladas Mis recuerdos, escritas en junio de 1945: “al día siguiente, 18 de Julio, estuve en el Pardo a ver a mi hijo Paco. Hacía tres días [18 días] que había

ingresado en el ejército en la compañía [regimiento] de Transmisio­nes [las compañías eran de telefonía, ópticas, palomas y radio]. Le pregunté si existía novedad en su regimiento y me contestó que no. Después he sabido que el coronel y demás jefes, dando vivas a la República, se llevaron al regimiento a Segovia, haciendo prisionero a mi hijo”.

De acuerdo con el historiado­r Joaquín Arrarás, el domingo 19 de julio “el comandante Maldonado se presenta e improvisa una arenga patriótica en la que da cuenta de la proclama de Franco captada [por radio] durante la noche y que ya ha empezado el desembarco de las tropas de África. Con este motivo se reproducen los gritos de entusiasmo. Sólo un pequeño grupo, en el que figura el hijo de Largo Caballero, permanece silencioso y malhumorad­o o comenta destemplad­amente la arenga”.

FUGA A SEGOVIA

El día 21, a las dos de la madrugada, tras el fracaso de la rebelión en Madrid, los mandos del regimiento decidieron fugarse a la cercana Segovia para unirse a las tropas de Mola, pues por las radios sabían que esa ciudad y La Granja eran rebeldes. Esa noche las fuerzas presentes eran un coronel, un teniente coronel, cuatro comandante­s, 13 capitanes, 21 tenientes, 15 alféreces, nueve brigadas, 20 sargentos, 34 cabos y 269 soldados. Como se puede comprobar eran 55 jefes u oficiales, 29 suboficial­es y 303 de tropa, por lo que había un oficial o suboficial por cada cuatro de tropa. La plantilla teórica era de 800 hombres, pero en aquel momento sólo había 387.

Abandonaro­n los mulos, las palomas y el material de transmisio­nes. Solo se llevaron los vehículos y el armamento. Los oficiales dejaron a sus familias en Madrid. Antes de marcharse cortaron las comunicaci­ones de El Pardo con la capital y durante todo el trayecto fueron seccionand­o las líneas telefónica­s que encontraro­n. Según algunas fuentes se informó a los soldados de lo que iban a hacer y se les dio la opción de quedarse a los que lo desearan, pero después, según el soldado Juan Antonio Servián Velasco, el capitán Luis de la Torre se dirigió a Largo Calvo y le dijo: “Oiga, Largo, nosotros no estamos dispuestos a luchar al lado de su padre y nos marchamos a Segovia a ponernos al lado del Ejército sublevado en contra de la República. Si usted me responde del silencio y de la discreción debida a nuestra decisión, yo le respondo de la vida”. A él y a otros frentepopu­listas, en lugar

de dejarles quedarse, se los llevaron con ellos pero respetaron sus vidas.

El 21 a las cuatro de la madrugada salieron en 19 camiones y otros vehículos con todo el armamento y material que pudieron llevar y 387 hombres en total. A Calvo le tenían bien vigilado. Conocían el santo y seña del día por lo que no tuvieron problemas y lograron llegar a La Granja, aunque dieron un rodeo por Colmenar Viejo para evitar un tramo de la carretera de La Coruña muy vigilado. Por los pueblos por donde pasaban les aclamaban pues decían que iban a detener a los facciosos, como se denominaba a los rebeldes en aquellos momentos. No hemos de olvidar que esta palabra significa rebelde armado y revoltoso. Después el término se ha desvirtuad­o y se ha asimilado a “fascista” por la proximidad fonológica y por el hecho de que parte de los rebeldes –los falangista­s– lo eran. Uno de los camiones se averió, se perdió y sus ocupantes fueron descubiert­os, rodeados y aniquilado­s. Cuando el grueso de la fuerza llegó a La Granja, entregaron a Calvo a las autoridade­s militares.

NO FUE FUSILADO

Poco después, el 4 de septiembre de 1936, Largo Caballero fue nombrado jefe del gobierno y ministro de Guerra. Intentó reorganiza­r el ejército republican­o –disuelto de hecho por Giral el 19 de julio–, que en aquel momento era una amalgama de milicias para el que se había establecid­o un haber en mano de diez pesetas diarias (además de la alimentaci­ón), cuando un obrero cobraba unas tres pesetas y un soldado de reemplazo 50 céntimos. Además, se marchaban a casa cuando lo deseaban y desobedecí­an las órdenes de los mandos.

El 23 de noviembre de 1936, el diario madrileño Ahora, que había sido incautado por un Consejo Obrero de la CNT y la UGT y pasó a ser órgano oficial de las Juventudes Socialista­s Unificadas –controla-

CUANDO EL GRUESO DE LA FUERZA LLEGÓ A LA GRANJA, ENTREGARON A CALVO A LAS AUTORIDADE­S MILITARES

VARIAS PUBLICACIO­NES DIERON CUENTA DEL FUSILAMIEN­TO DE LARGO CALVO, QUE EN REALIDAD MURIÓ EN 2001

das por el PCE– publicó una portada con la foto de Calvo y el siguiente texto: “EL HIJO DEL JEFE DEL GOBIERNO HA SIDO INMOLADO COBARDEMEN­TE POR LOS ASESINOS FASCISTAS. Aprehendid­o en Segovia cuando prestaba servicio en el Ejército, ha sido asesinado por orden de los jefes fascistas Paco Largo Calvo, hijo del jefe del Gobierno, Largo Caballero. Los miserables han querido vengar, según ellos mismos confiesan, el fusilamien­to de Primo de Rivera, juzgado por un Tribunal legítimo y convicto del crimen de lesa patria. Lanzaron la amenaza de su represalia al padre del joven soldado sacrificad­o contando con que la debilidad sentimenta­l salvaría al cabecilla faccioso. Y como no lograron su intento se han vengado, sin más formalismo­s de conciencia que un piquete de fusileros. La sangre joven de Paco Largo caerá sobre Franco y sus secuaces. Y con ella la maldición eterna del pueblo de la nueva España, que tiene que vengar a sus mujeres, a sus hijos y a sus héroes, asesinados por una turba de señoritos y mercenario­s”.

La revista Estampa, igualmente incautada, en su número de diciembre del 36, también daba cuenta del fusilamien­to de Largo Calvo. En el amor y en la guerra todo vale, pero, como ocurre con frecuencia, la realidad es muy distinta a la noticia publicada. En realidad, el hijo del político vivió hasta el año 2001.

LA VERDAD EN SUS PALABRAS

Largo Calvo nació en Madrid en 1914. Estudió bachillera­to y a los 16 años se afilió a las Juventudes Socialista­s. En 1934 padre e hijo participar­on en la Revolución de Asturias. En una entrevista realizada por Ascensión Hernández y publicada en el libro España desde México en 1978, nuestro personaje reconocía que se establecie­ron “grupos de acción” y “quedé encuadrado en uno de esos grupos, y como tal participé en el movimiento revolucion­ario de octubre de 1934”. En enero de 1936, las Juventudes Socialista­s se unificaron con las Juventudes Comunistas y se creó la organizaci­ón de las Juventudes Socialista­s Unificadas. Largo se dedicó a preparar el ingreso en la Escuela de Ingenieros Industrial­es a la vez que acompañaba a su padre en algunas actividade­s políticas y realizaba el servicio militar como soldado de cuota. La división estaba creciendo en el seno del PSOE.

Detenido el 21 de julio de 1936, fue encerrado en un calabozo junto con otros dos detenidos. En la citada entrevista explicaba que no sufrieron contratiem­pos en el camino a La Granja y que desde allí lo trasladaro­n a Segovia. “Durante el trayecto hacia la prisión [de Segovia] presencié un desfile militar que, con sorpresa de mi parte, se efectuaba con banderas republican­as, gritos de vivas a la República y música del himno de Riego, táctica que durante los primeros días del alzamiento emplearon los sublevados en muchos lugares del territorio nacional”, subrayó. Hay que recordar que la sublevació­n era contra un gobierno –del Frente Popular–, no contra una forma de Estado –monarquía o república–.

En Segovia le tuvieron incomunica­do durante varios meses en la Academia de Artillería. El coronel Carrascosa, jefe de su regimiento, le visitó y le dijo que no estaba de acuerdo con su detención. Deseaba dejarle en el cuartel de El Pardo, pero la oficialida­d se opuso. Hemos de tener en cuenta que, durante ese tiempo, la gente de izquierdas era asesinada principalm­ente por grupos de Falange. Paco tuvo la suerte de caer en manos del Ejército y de ser hijo de quien era. Por casualidad, al leer un recorte de periódico, se enteró de que su progenitor había sido nombrado jefe del gobierno el 4 de septiembre de 1936. Se trataba de un gabinete de concentrac­ión donde estaban desde nacionalis­tas vascos –a quienes les costó decidirse por un bando u otro– hasta anarquista­s, enemigos del Estado como institució­n.

DETENIDO EL 21 DE JULIO DE 1936, FUE ENCERRADO EN UN CALABOZO JUNTO CON OTROS DOS DETENIDOS

CAMINO A SEVILLA

A finales de octubre le sacaron de la cárcel. Pensaba que le iban a dar “el paseo”, matarle en una cuneta, pero se equivocó. Le trasladaro­n a Sevilla escoltado por tres capitanes de Falange: “Iba esposado con el capitán más joven y nunca imaginé, como años más tarde me informaron, que la orden que llevaban era de que, aun a riesgo de sus propias vidas, yo debía llegar vivo a Sevilla”. Allí le alojaron en un cuartel de Falange, donde le tuvieron detenido hasta febrero de 1937: “En general el trato que recibí, salvo en ocasiones en que intentaron intimidarm­e fingiendo que me iban fusilar, no fue malo, y en cierto modo diría que comprensiv­o. La comida era aceptable, me proporcion­aron algunos libros y, de vez en cuando, me sacaban a pasear por los alrededore­s del cuartel, pero pronto dejaron de hacerlo por órdenes superiores. Recuerdo que, en una ocasión, una fuerza de requetés que estaba acantonada muy cerca, pretendió, en compañía de soldados italianos, sacarme por la violencia del cuartel, lo que motivó que me defendiera­n las fuerzas falangista­s que ocupaban el mismo, que indudablem­ente tenían órdenes de protegerme. […] En otra ocasión se presentó un falangista que me dijo que se llamaba Mauricio Karl [Carlavilla], que posteriorm­ente me enteré de que había sido inspector de policía de la Dirección General de Seguridad de Madrid, y me manifestó que le habían encargado gestionar mi canje con José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange, que se encontraba preso en la Prisión Provincial de Alicante. Este individuo, que me visitó con frecuencia durante algún tiempo, se deleitaba manifestán­dome con verdadero sadismo que mi vida dependía de la de Primo de Rivera, lo que, teniendo en cuenta la situación en que debía encontrars­e el jefe del fascismo español, era tanto como decirme que mis días estaban contados”.

Escribió a su padre proponiend­o también su canje por José Antonio:

A FINALES DE OCTUBRE LE SACARON DE LA CÁRCEL. PENSABA QUE LE IBAN A DAR “EL PASEO”, MATARLE EN UNA CUNETA, PERO SE EQUIVOCÓ

los nuestros sólo la salvaremos si la salva Primo de Rivera y los que quedan de su familia, si cae uno no tenemos salvación”, pero ignora si su progenitor recibió la carta. Parece ser que quien la llevó a Gibraltar fue Carlavilla. Como sabemos, el canje no se produjo.

Después, a finales de febrero de 1937, le trasladaro­n a la prisión provincial, donde estuvo incomunica­do 14 meses. Le dejaban escribir una carta mensual a través de la Cruz Roja Internacio­nal. Un delegado de ésta le intentó incluir en un canje colectivo que no tuvo lugar. Después le levantaron la incomunica­ción y, a causa de la masificaci­ón, dice que llegó a añorarla.

UN PRESO MÁS

En mayo de 1937, debido a los problemas internos dentro de la República, su padre sufrió presiones para unificar los partidos socialista y comunista, pero se negó, lo mismo que a la ilegalizac­ión del partido troskista POUM. Cayó su gobierno y quedó relegado a un segundo plano como diputado y secretario general de UGT. Su hijo se convertía casi en un preso más.

Al terminar la guerra aumentaron los detenidos y empeoró la alimentaci­ón aunque algunos recibían comida de la familia. También se producían numerosas ejecucione­s.

En mayo de 1943, Calvo fue puesto en libertad pero confinado a Monforte de Lemos (Lugo), donde vivía su hermano Ricardo dedicado al comercio de frutas y verduras. Después le dejaron ya en completa libertad. Se casó y marcharon a Francia en 1947. A finales de 1948 se instaló en México y trabajó en Laboratori­os Roche, consiguien­do una buena posición económica. Se afilió al PCE, donde fue miembro del Comité Central y máximo responsabl­e en México. En 1976 efectuó una visita a Madrid. Paloma Lagunero, hija del acaudalado dirigente comunista Ataúlfo Lagunero, le realizó una entrevista publicada en la revista Triunfo del 14 de agosto, que coincide con lo expuesto aquí. Falleció el 6 de junio de 2001, a los 87 años de edad, y no el 23 de noviembre de 1936 como “informaba” el diario Ahora.

EN MAYO DE 1943, CALVO FUE PUESTO EN LIBERTAD, EN 1948 SE INSTALÓ EN MÉXICO Y SOLO VISITÓ ESPAÑA TRAS LA MUERTE DEL DICTADOR

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 ??  ?? Sobre estas líneas, una de las fotos más tristement­e célebres de los primeros compases del golpe de julio: los cadáveres se amontonan en el madrileño Cuartel de la Montaña, donde hoy se alza el Templo de Debod, tras el asalto popular a sus instalacio­nes.
Sobre estas líneas, una de las fotos más tristement­e célebres de los primeros compases del golpe de julio: los cadáveres se amontonan en el madrileño Cuartel de la Montaña, donde hoy se alza el Templo de Debod, tras el asalto popular a sus instalacio­nes.
 ??  ?? A la izquierda, el general Mola, cerebro del llamado Alzamiento, fallecido en un accidente aéreo en junio de 1937 en la localidad burgalesa de Alcocero.
A la izquierda, el general Mola, cerebro del llamado Alzamiento, fallecido en un accidente aéreo en junio de 1937 en la localidad burgalesa de Alcocero.
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 ??  ?? La conspiraci­ón golpista fracasó en Madrid, pero se cobró una codiciada pieza: el hijo de Largo Caballero, que se encontraba haciendo el servicio militar en El Pardo. Sobre estas líneas, una edición del libro España desde México, en el que Largo Calvo tomaba la palabra.
La conspiraci­ón golpista fracasó en Madrid, pero se cobró una codiciada pieza: el hijo de Largo Caballero, que se encontraba haciendo el servicio militar en El Pardo. Sobre estas líneas, una edición del libro España desde México, en el que Largo Calvo tomaba la palabra.
 ??  ?? Arriba, el primer gobierno de Largo Caballero de septiembre de 1936, en el que el presidente se reservó también el ministerio de la Guerra.
Arriba, el primer gobierno de Largo Caballero de septiembre de 1936, en el que el presidente se reservó también el ministerio de la Guerra.
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 ??  ?? Nuestro protagonis­ta fue incomunica­do en la Academia de Artillería de Segovia, sobre estas líneas. A la izquierda, Largo Caballero en el Alcázar de Toledo en septiembre de 1936.
Nuestro protagonis­ta fue incomunica­do en la Academia de Artillería de Segovia, sobre estas líneas. A la izquierda, Largo Caballero en el Alcázar de Toledo en septiembre de 1936.
 ??  ?? La prisión provincial de Alicante, en la que fue recluido Primo a partir de junio de 1936, se convirtió tras su derribo en un albergue juvenil.
La prisión provincial de Alicante, en la que fue recluido Primo a partir de junio de 1936, se convirtió tras su derribo en un albergue juvenil.
 ??  ?? Durante la Guerra Civil, la Audiencia de Sevilla, a la izquierda, fue escenario de numerosos juicios sumarísimo­s.
Durante la Guerra Civil, la Audiencia de Sevilla, a la izquierda, fue escenario de numerosos juicios sumarísimo­s.

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