San Andrés de Teixido
EL SANTUARIO DE LOS MILAGROS
EN EL EXTREMO MÁS AL NORTE DEL PAÍS, DONDE SE ALZAN LOS ACANTILADOS MÁS ALTOS Y ESPECTACULARES DE EUROPA, EXISTE UN SANTUARIO DONDE, SEGÚN LA TRADICIÓN, DEBEN PEREGRINAR AL MENOS UNA VEZ EN LA VIDA TODOS LOS HUMANOS… DE LO CONTRARIO SE VERÁN OBLIGADOS A VISITARLO DESPUÉS DE MUERTOS.
Justo antes de llegar a la población gallega de Cariño, la ciudad gallega situada más al norte en la geografía del país, giramos a mano izquierda y comenzamos a subir la montaña. Llevamos ya muchas horas de carretera y todavía nos faltan unos cuantos kilómetros antes de llegar a nuestro destino, pero los paisajes que disfrutamos, al atravesar un gigantesco parque eólico cercano, destinado a convertir los poderosos vientos gélidos que llegan del Cantábrico en energía, pronostican que ya estamos cerca de la costa. Nos encontramos en la Sierra de la Capelada, a unos doce kilómetros de Cedeira, y no muy lejos de Ortigueira, donde todos los años, al otro lado de la ría, se celebra el festival de música celta más famoso del mundo.
Desde los acantilados, ariscos y pro- nunciados, que delimitan la frontera entre la tierra y el mar, los más altos de Europa, podemos adivinar ya, asomando sobre los tejados de las pequeñas casas del pueblo, el campanario del santuario. Desde el cruceiro donde nos hemos detenido para disfrutar un instante del salvaje paisaje, a la derecha de la carretera, tenemos unas vistas espectaculares de toda la población. Es San Andrés de Teixido, también conocido como San Andrés de Lonxe (“Lejos” en gallego) y San Andrés do cabo do mundo…
AUNQUE NOS ENCONTRAMOS MUY LEJOS DE FINISTERRE, EL PAISAJE QUE ESTAMOS DISFRUTANDO REALMENTE PARECE EL ÚLTIMO LUGAR DE LA TIERRA...
Y no podría describirse mejor. Aunque nos encontramos muy lejos de Finisterre, lo cierto es que el paisaje que estamos disfrutando desde aquel cruceiro realmente parece el último lugar de la tierra. Quizás por eso, desde hace siglos, la leyenda afirma que quien no ha peregrinado hasta el santuario de San Andrés de Teixido, al menos una vez en la vida, deberá hacerlo después de muerto…
HISTORIA DE UN SANTUARIO
No resulta fácil datar el origen de la peregrinación a San Andrés de Teixido, originada, según la leyenda, por los celos de San Andrés, el santo mártir crucificado
en Grecia, el 30 de noviembre del año 63 –según la tradición católica–, después de un suplicio de tres días en una cruz con forma de X. Envidiando el fervor y las conversiones originadas por las peregrinaciones a Santiago de Compostela, la tercera ciudad santa del Cristianismo, un día San Andrés recibió la visita del mismísimo Dios en compañía de San Pedro. Como quiera que el Santo formulara sus quejas a tan insignes autoridades, el Todopoderoso le prometió que a su santuario acudirían en romería todos los mortales y, quien no lo hiciera de vivo, vendría a verle de muerto.
Según otras fuentes, que reproducen la leyenda de la barca de piedra de Santiago, uno de los doce Apóstoles llegó en barco a los acantilados de Teixido y su barca naufragó en los escarpados arrecifes, siendo convertida en el peñasco conocido como “A Barca de San Andrés”. El mal trago fue compensado con la promesa que Dios le hizo, según la cual tendría un santuario y una romería que duraría hasta el fin del mundo y que, vivos o muertos, habrán de acudir al lugar todos los mortales. Sin embargo, teniendo en cuenta la historia precristiana de la región, parece que la santidad de aquel lugar es muy anterior a la construcción del templo cristiano.
El santuario de San Andrés de Teixido tiene su origen en un monasterio construido bajo la protección de los condes de Trava y del que se tiene constancia desde el siglo XII. Este monasterio fue entregado en custodia a la Orden de San Juan de Jersualén, con base en Portomarín, en el año 1196. Sin embargo, años más tarde,
EL TODOPODEROSO LE PROMETIÓ QUE A SU SANTUARIO ACUDIRÍAN EN ROMERÍA TODOS LOS MORTALES Y, QUIEN NO LO HICIERA DE VIVO, VENDRÍA A VERLE DE MUERTO