Historia de Iberia Vieja

"SER ESCRITORA, ¡QUÉ CONTINUO TORMENTO!"

-

"Por la calle te señalan constantem­ente y no para bien, y en la calle murmuran de ti. Si vas a la tertulia y hablas de algo de lo que sabes, te expresas siquiera en un lenguaje algo correcto, te llaman bachillera,

dicen que te escuchas a ti misma, que lo quieres saber todo. Si guardas una prudente reserva, ¡qué fatua! ¡qué orgullosa!, te desdeñas de hablar como no sea con literatos. Si te haces modesta y, por no entrar en vanas disputas, dejas pasar desapercib­idas las cuestiones con que te provocan, ¿en dónde está tu talento?, ni siquiera sabes entretener a la gente con una amena conversaci­ón. Si te agrada la sociedad, pretendes lucirte, quieres que se hable de ti, no hay función sin tarasca. Si vives apartada del trato de las gentes, es que te haces la interesant­e, estás loca, tu carácter es atrabiliar­io e insoportab­le; pasas el día en deliquios poéticos y la noche contemplan­do las estrellas, como don Quijote. Las mujeres ponen de relieve hasta el más escondido de tus defectos y los hombres no cesan de decirte siempre que pueden que una mujer con talento es una verdadera calamidad, que vale más casarse con la burra de Balaam y que sólo una tonta puede hacer la felicidad de un mortal varón..., que las mujeres deben dejar la pluma y repasar los calcetines de sus maridos, si los tienen, y si no aunque sean los del criado. Cosa fácil es para algunas abrir el armario y plantarle delante de las narices los zurcidos pacienteme­nte trabajados para probar que el escribir algunas páginas no les hace a todas olvidarse de sus quehaceres domésticos... Únicamente alguno de verdadero talento pudiera, estimándot­e en lo que vales, despreciar necias y aun erradas preocupaci­ones pero ¡ay de ti entonces!, ya nada de cuanto escribes es tuyo, se acabó tu numen, tu marido es el que escribe y tú la que firmas... Por lo que a mí respecta, se dice muy corrientem­ente que mi marido trabaja sin cesar para hacerme inmortal... Enfadosa preocupaci­ón, penosa tarea, por cierto, la de mi marido, que costándole aun trabajo escribir para sí tiene que hacer además los libros de su mujer... Pero, ¿cómo cree que ella pueda escribir tales cosas? Una mujer a quien ven todos los días, a quien conocen desde niña, a quien han oído hablar y no andaluz, sino lisa y llanamente como cualquiera ¿pueden discurrir y escribir cosas que a ‘ellos’ no se les han pasado nunca por las mientes y eso que han estudiado y saben filosofía, leyes, retórica y poética? Imposible, no puede creerse a no ser que viniese Dios a decirlo”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain