Historia de Iberia Vieja

Pedro Menéndez de Avilés

PEDRO MENÉNDEZ DE AVILÉS

- MARCELINO GONZÁLEZ FERNÁNDEZ

EL 15 DE FEBRERO DE 1519, HACE 500 AÑOS, VENÍA A ESTE MUNDO EN AVILÉS, ASTURIAS, PEDRO MENÉNDEZ, UN BRILLANTE MILITAR, MARINO, ALMIRANTE Y GENERAL DE LA CARRERA DE INDIAS, EXPLORADOR, ADELANTADO DE FLORIDA Y SU RECONQUIST­ADOR, GOBERNADOR DE CUBA Y FUNDADOR DE LA CIUDAD DE SAN AGUSTÍN DE FLORIDA. SU HISTORIA ES APASIONANT­E…

Sus padres fueron Alonso Álva- rez de Avilés, natural de Avilés, y María Alonso de Arango, natural de Pravia. Cuando Pedro tenía ocho años falleció su padre. Su madre se volvió a casar y entre los dos matrimonio­s tuvo un total de 20 hijos. Y Pedro quedó al cuidado de un familiar que se encargó de su educación.

La vida en el entorno marinero de su Avilés natal influyó en su vocación marinera. Pero la vida casera no debía de ser muy atractiva para Menéndez, que siendo muy joven escapó de la casa del familiar que lo había acogido y empezó a vivir por su cuenta, hasta que pasados unos meses fue localizado en Valladolid. Volvió a escapar de su casa, huyó a Santander y se enroló como grumete en un barco de guerra de- dicado a perseguir corsarios y piratas. Dos años después regresó a su casa, donde, para evitar que se volviera a escapar, su familia le obligó a casarse con una niña de diez años, prima suya en cuarto grado, llamada Ana María de Solís Cascos.

Al poco tiempo vendió la parte de la herencia que le había correspond­ido por parte de su padre, con solo 19 años compró y armó un patache con una tripulació­n de 50 hombres, y comenzó a trabajar por cuenta propia en operacione­s de corso aventurero contra los enemigos de los intereses de España por las costas del norte de la Península.

En 1539 corrió una de sus primeras grandes aventuras al rescatar en la ría de Vigo a tres barcos que habían sido apresa- dos. En 1544, persiguió hasta La Rochelle, Francia, a una escuadra francesa al mando de Jean Alphonse de Saintonge, que había capturado 18 barcos de Vizcaya. Abordó a la capitana francesa, Le Marie, mató a Jean Alphonse y represó cinco de los barcos vizcaínos previament­e apresados.

Estas y otras acciones le dieron gran fama, Carlos I le concedió patente de corso para seguir adelante en sus actividade­s contra los franceses en el Cantábrico, y en 1548 armó un galeón con el que logró poner fin a muchas actividade­s de corsarios por las costas asturianas y gallegas.

POR INGLATERRA, FRANCIA Y EL NUEVO MUNDO

En 1552, una nueva patente le concedió permiso para practicar el corso por las

Indias, y comenzó a viajar a América al mando de diversos barcos. En dicho año cayó prisionero de piratas y fue liberado tras el pago de un rescate.

En el año 1554 fue comandante de la flota enviada de Coruña a Inglaterra cuando Felipe II contrajo matrimonio con la reina María Tudor. Y también fue nombrado capitán general de la flota de Indias, cargo que desempeñó en varias ocasiones entre los años 1555 y 1574.

Cuando Felipe II sucedió a su padre tras la abdicación de éste en 1556, siguió manteniend­o a Menéndez a su servicio, sintiendo por él la misma estima que había sentido Carlos I. Fue nombrado Capitán General de una escuadra que dio escolta a varios barcos con tropas, pertrechos y caudales para Flandes. Tuvo un enfrentami­ento en la mar con barcos de François Le Clerc, alias Pata Palo, que terminaron huyendo salvo uno que resultó hundido. Y desembarcó el dinero, pertrechos y tropas en Calais y otros lugares, con las que colaboró en la victoria obtenida por España en la batalla de San Quintín.

En 1561 trajo de México a España muchas riquezas, y al año siguiente realizó otro viaje a América con éxito. Cuando estuvo de vuelta en España en 1563, solicitó poder regresar a América para buscar a su hijo Juan, que lo creía náufrago en la zona de Florida, pero no lo obtuvo. En cambio, sin que hubiera alguna denuncia por medio y sin claros motivos, fue detenido y encarcelad­o por orden de la Casa de Contrataci­ón junto con su hermano Bartolomé. Tras dos años de cárcel y por intermedia­ción de Felipe II, ambos pagaron una multa y lograron la libertad.

EN FLORIDA

Menéndez consiguió el anhelado permiso para ir a Florida a buscar a su hijo, con la condición de trasladars­e a aquellas tierras para explorarla­s, colonizarl­as y expulsar a los hugonotes franceses que se habían aposentado en la zona, asentados en Fort Caroline, para lo que Felipe II le nombró “Adelantado de la Florida”. Menéndez preparó una flota de casi 30 barcos, entre ellos el galeón San Pelayo, en junio de 1565 zarpó de Cádiz con parte de los barcos para tratar de reunirse con el resto en Canarias y continuar viaje hacia La Florida. Hubo retrasos, las tormentas dispersaro­n varios barcos, y los primeros en llegar a las costas americanas fueron los de Cádiz, donde iba Menéndez de Avilés a bordo del San Pelayo, que llegaron a Puerto Rico el 9 de agosto, y poco después arribaron más barcos. Tras unas rápidas reparacion­es, zarparon de nuevo y avis-

CUANDO FELIPE II SUCEDIÓ A SU PADRE, SIGUIÓ MANTENIEND­O A MENÉNDEZ A SU SERVICIO Y SINTIÓ POR ÉL LA MISMA ESTIMA QUE HABÍA SENTIDO CARLOS I

taron la Florida el 28 de agosto, día de San Agustín.

Menéndez encontró un puerto natural donde decidió asentarse. Atacó a unos galeones franceses que lograron escapar, el 8 de septiembre tomó posesión de aquellas tierras, y fundó en el lugar una ciudad que bautizó San Agustín, en recuerdo de la festividad del día de llegada a La Florida.

Atacó Fort Caroline, a donde llegó a pie el 20 de septiembre, mató a unos 140 franceses, y respetó la vida de unas 70 personas entre mujeres y niños menores de 15 años. Algunos hugonotes lograron escapar hacia la selva, otros se refugiaron en los barcos y con el tiempo la mayor parte fueron muertos por las gentes de Menéndez. El 21 de septiembre, el fuerte francés fue rebautizad­o San Mateo. Y poco después los españoles también encontraro­n a muchos náufragos de la escuadra del hugonote Jean Ribault, a los que dieron muerte en un lugar que por tal razón hoy se llama bahía de Matanzas.

A finales de 1565 y principios de 1566, llegaron algunos barcos españoles que se había retrasado por los temporales. Mientas tanto, los colonos de San Agustín se asentaron, trabajaron mucho para echar adelante aquella primera colonia y levantaron nuevos fuertes para su defensa, pero pasaron muchas penalidade­s por falta de víveres. Y aunque Menéndez fue a Cuba en más de una ocasión a pedir ayuda al gobernador García Osorio, éste se la denegó.

Menéndez de Avilés se dedicó a perseguir a los franceses, piratas y corsarios que había por la zona de Florida, al tiempo que fundó nuevos asentamien­tos, edificó iglesias y levantó fuertes. Pero como la gente de Florida continuaba pasando pri-

ATACÓ FORT CAROLINE, ADONDE LLEGÓ A PIE EL 20 DE SEPTIEMBRE, MATÓ A UNOS 140 FRANCESES, Y RESPETÓ LA VIDA DE UNAS 70 PERSONAS ENTRE MUJERES Y NIÑOS

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 ??  ?? En la página anterior, retrato de Pedro Menéndez de Avilés. A la derecha de estas líneas, la casa natal de nuestro protagonis­ta según la tradición local. Más allá, sello emitido el 18 de septiembre de 2015, en el 450 aniversari­o de la fundación de San Agustín de la Florida. (foto: Colección Marcelino González). Abajo, mapa de La Florida publicado en 1584 por Abraham Ortelius en su obra Theatrum Orbis Terrarum (foto: Museo Naval de Madrid).
En la página anterior, retrato de Pedro Menéndez de Avilés. A la derecha de estas líneas, la casa natal de nuestro protagonis­ta según la tradición local. Más allá, sello emitido el 18 de septiembre de 2015, en el 450 aniversari­o de la fundación de San Agustín de la Florida. (foto: Colección Marcelino González). Abajo, mapa de La Florida publicado en 1584 por Abraham Ortelius en su obra Theatrum Orbis Terrarum (foto: Museo Naval de Madrid).
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Felipe II (anónimo de la escuela española del Museo Naval de Madrid / Palacio del Viso del Marqués).

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