EL DICTADOR que se fue a España
Muy poca gente conoce que el último dictador –al menos, el último que se hizo con el poder tras un Golpe de Estado– de Venezuela murió recientemente en Madrid.
Marcos Pérez Jiménez ivía en una mansión de La Moraleja, adonde llegó protegido por Franco, situación que se perpetuó durante la Transición. En su chalet se reunió con Hugo Chávez poco antes de que este obtuviera la victoria en las elecciones presidenciales que inauguraron un nuevo tiempo para Venezuela.
Alcanzó la presidencia tras un Golpe de Estado, que le mantuvo al frente del país entre 1953 y 1958. Fueron los propios militares –él era uno de ellos– quienes le derrocaron en otro Golpe de Estado que finalizó con el Pacto de Punto Fijo. Durante su mandato se caracterizó por el respeto y el odio que generaba en diversos sectores. Por un lado, diversas informaciones le hacían responsable de la enorme represión de corrientes ideológicas opuestas al llamado Pérezjimenismo. Durante su mandato llevo a cabo el llamado “Nuevo Ideal Nacional”, que es como se conoce a su política, en la que también hubo un exacerbado nacionalismo construido en torno a la figura de Simón Bolívar, que pasó a ser considerado entonces el “fundador” del país. La imagen de Venezuela como país rico y próspero tiene mucho que ver con esos años, en los que llegaron allí 200.000 españoles – especialmente gallegos– que se beneficiaron de la riqueza que generaba el petróleo.
Pérez Jiménez fue depuesto por el ala más de derechas del Ejército tras un golpe de Estado, aunque también fue un régimen de derechas –y dictatorial– el que le acogió, España. Las fuerzas de izquierdas quedaron relegadas en el nuevo orden que se creó entonces. Y Chávez le apoyó con la boca pequeña, porque esas mismas fuerzas también le apoyaron a él. Un caos. Un caos que prosigue hasta hoy./HIV