La calle estalla con EL "CARACAZO"
Al igual que en otras revueltas populares, durante el "Caracazo" que sacudió Venezuela en 1989,
el grito airado de los más desfavorecidos se mezcló con el odio y la rencilla enconada de otros, confluyendo en las calles con el estratégico oportunismo político de quienes manejaron parte del conflicto entre bambalinas. Las cifras oficiales de aquellos días de caos dejaron en 276 el número de fallecidos en los disturbios, pero difícilmente se puede rebatir que debieron de ser muchos más los que cayeron fruto de la violencia descontrolada de la masa, la acción de contención gubernamental y el ajuste de cuentas. Se ha llegado a hablar de miles de víctimas mortales de acuerdo con las estimaciones de grupos pro derechos humanos. La chispa que prendió la tormenta de fuego fue el paquete de medidas de contención para frenar el deterioro económico del país aprobado por Carlos Andrés Pérez, que incluía fuertes subidas de la gasolina, servicios y transporte público, la liberalización de la mayoría de los precios, etc. Una pequeña protesta en la ciudad de Guarenas en la mañana del 27 terminó al caer la tarde en una violenta protesta que colapsó Caracas y que en poco tiempo tuvo su eco en otras ciudades como Valencia, Maracay, La Guaira o Mérida. El saqueo y el vandalismo reinaron en las calles a pesar de la intervención del Ejército, dejando un saldo en pérdidas económicas estimado en tres mil millones de bolívares. Hay algún autor que atribuye el paso de simples quejas a violentos disturbios en esos días a la acción planificada de simpatizante de Chávez, se habla incluso de un comando cubano que pudo disparar contra la policía en los primeros momentos provocando una respuesta que retroalimentó el asunto. Digamos que, según esa teoría, echaron gasolina a unas calles ya en llamas.