Durante el breve período en que DOSTOIEVSKI
decidió aparcar la literatura para dedicarse al periodismo, en España abdicó Amadeo de Saboya y las Cortes resolvieron por abrumadora mayoría dar paso a la Primera República. El novelista ruso empezó a trabajar en la redacción de la revista política Grachdanin (El ciudadano), donde observó: “Jamás llegó España a un estado tan caótico. Los treinta años de guerra civil en el presente siglo (guerras carlistas) no pueden compararse con el actual estado de cosas (...) Pero, ahora, ¿qué partido existe que crea seriamente que su triunfo significaría la pacificación de España?”. El escritor también criticaba el incipiente marxismo plasmado en la Nueva Federación Madrileña, embrión del PSOE que creó Pablo Iglesias en 1888.