UNA EXPERIMENTADA parábola
Historia que protagoniza un noble caballo, Jolstomer, quien relata con su propia voz su vida. Desde la buena raza de la que procede, la decepción de sus dueños al comprobar que ha nacido con manchas blancas –lo que no es óbice para gozar de una bella estampa y ganar carreras– hasta que se enamora y, como castigo, es castrado; luego comienza su declive y lo compran distintos dueños, que deterioran sus fuerzas y su aspecto; Jolstomer comienza a envejecer.
“La vejez puede ser majestuosa, puede ser repulsiva o puede ser lamentable. A veces puede ser majestuosa y lamentable al mismo tiempo. La vejez del pio castrado era precisamente así”. Todo el relato parece anecdótico y se lee como un buen cuento, pero en él Tolstói va destilando comentarios muy válidos sobre el modo de actuar de los hombres, qué es lo que les mueve, a qué le dan valor. Sobre todo, plantea una de las asignaturas difíciles de la vida del hombre: aprender a envejecer, asumir con ánimo las crecientes deficiencias que conlleva la edad./A.T.