LA ORDEN DE CRISTO
› En la Reconquista portuguesa (siglos XII y XIII), la Orden de los Templarios contribuyó a la expulsión de los musulmanes. Cantidad de castillos, villas, iglesias y privilegios fueron donados a los templarios como recompensa. Tras la supresión traumática de la orden del Temple, por orden del papa Clemente V, a principio del siglo XV el rey Don Dinis asignó la herencia templaria a los caballeros de la recién fundada Orden de Cristo. La continuidad templaria se mantuvo con estos nuevos caballeros teniendo su base en Castro Marim y, posteriormente, en el emblemático Castillo de Tomar. La nueva orden tomaría, entre sus nuevos votos, la obediencia al Rey (en contraposición a los antiguos templarios) y, por eso, concuerda la estrecha relación entre la realeza portuguesa y la Orden de Cristo. En 1420, el Papa Martín V nombró a Enrique el Navegante (13941460), precursor de las exploraciones portuguesas, Gran Maestre de la Orden de Cristo, y sería el emblema de esta orden, una cruz roja, la que adornaría las velas de las naves portuguesas. Pues bien, destacados navegantes portugueses como Vasco de Gama o Pedro Álvarez Cabral eran caballeros de la Orden de Cristo y Magallanes... también.