LA EJECUCIÓN DE MARÍA ANTONIETA
Tras la ejecución de Luis XVI, su esposa María Antonieta continuó su reclusión en la prisión del Temple para ser trasladada a la Conciergerie como la prisionera número 280. Su juicio, celebrado en el verano de 1793, no se libró de la parcialidad de la época, con una defensa muy inexperta y una acusación, encabezada por Antoine Quentin Fouquier de Tinville, ávida de sangre. Declarada “enemiga de la nación francesa”, la vienesa fue guillotinada el 17 de octubre del mismo año y enterrada en el cementerio de la Madeleine con la cabeza entre las piernas.