Los 10 mandamientos Jorge Guillén
Cuando uno pierde la esperanza se vuelve reaccionario.
Este mundo del hombre está mal hecho.
Cada vez que me despierto mi boca vuelve a tu nombre como el marino a su puerto.
La soledad no es tan triste. Ser es también no haber sido.
Amigos. Nadie más. El resto es selva.
Se está siempre al principio de una curiosidad inextinguible frente a infinita vida
La esperanza es el flujo de la vida. Cuando no hay lugar para la esperanza, es cuando surge la muerte.
Calor, amor. La historia tras la puerta.
¡Qué alegría ser así dos historias en un cuento!
Gentes que me son extrañas: esas que me creen solo sin ver que tú me acompañas.
El vallisoletano Jorge Guillén (1893-1984) se doctoró la Universidad de Madrid con una tesis sobre Góngora, el padre “espiritual” que dio nombre a su Generación, la del 27. Profesor en las mismas universidades españolas que su amigo Pedro Salinas, tras partir al exilio en 1938 probó también fortuna en Estados Unidos. En 1976, fue el primer autor en recibir el premio Cervantes. Portavoz de la poesía pura en el 27, es autor de una obra desmesurada,
Cántico, que fue ampliando y corrigiendo a lo largo de más de treinta años de trayectoria, entre 1919 y 1950. Como las Hojas de hierba de Walt Whitman, Cántico expresa la gratitud y el reconocimiento del poeta ante un mundo que esencialmente está bien hecho.
La poesía fue para este autor un símbolo de esperanza; sin embargo, a partir de los años cincuenta emprendió un nuevo camino, el ciclo de Clamor, compuesto por
Maremágnum, Que van a dar en la mar y
A la altura de las circunstancias, en el que matizaba el optimismo de antaño: “Este mundo del hombre está mal hecho”. En otras palabras, la Creación es buena pero la Sociedad no lo es, ya que los hombres la ennegrecen. De la avidez de los primeros días, sus poemas se consumen en la congoja de España, sin caer tampoco en el desaliento. En Aire nuestro, el poeta reúne toda su obra, que se completa con Final (1981).
Padre del especialista en Literatura Comparada Claudio Guillén, falleció en Málaga en 1984 y sus restos se encuentran en el Cementerio Inglés de esta ciudad./A.F.D.