LA LEYENDA NEGRA
El libro de reciente publicación María Tudor. La Gran Reina Desconocida –ediciones Rialp–, llevó a su autora, la vallisoletana María Jesús Pérez Martín, veinte años de trabajo. Nunca vería publicada su monumental obra debido a su prematura muerte por enfermedad, pero sin duda es un trabajo a tener muy en cuenta. A través de esta obra, su contribuye a desmontar gran parte de la leyenda negra que rodeó a la soberana y a su esposo Felipe II. Tal historia se basó –sostiene la autora– en una concienzuda campaña de descrédito con escasa base histórica. Una vez que subió al trono Isabel I, el desprestigio de su antecesora y la persecución al catolicismo irían de la mano.
El primer ariete propagandístico sería El Libro de los Mártires, de John Foxe, quien tildó de “sangrienta” a la reina María y con dicho apelativo pasaría a la historia. Un desajuste entre imagen pública y realidad histórica que con María I llegaría al clímax.
Afirma que María llegó al trono el 1553 con el apoyo del pueblo y moriría en 1555 “sin haberlo perdido”. De hecho, hasta un año después de su fallecimiento ningún diplomático o cronista documentará vituperios contra la soberana; es más, las baladas y tonadillas populares la ensalzaban. Todo ello cambiará cuando suba al trono su hermanastra Isabel: obligaría a que en toda parroquia hubiese un ejemplar del libro de Foxe y, además, para prosperar en su corte no había nada mejor que empezar por contribuir al escarnio con la reina muerta.
Una reina que, como destaca la vallisoletana, era una mujer culta, que hablaba varios idiomas –su plan de estudios fue trazado por el humanista español Juan Luis Vives–, entregada con abnegación a su labor de gobernar, compasiva y que “en sólo dos años impulsó reformas en la administración del Estado de las que luego se beneficiaría, y de las que se apropiaría, su sucesora”. Entre otras, “la completa equiparación del poder de las reinas con respecto al de los monarcas varones”.