EL ARQUITECTO

Decir Juan de Villanueva es decir neoclasicismo. Este madrileño nacido en 1739 se cultivó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y en Italia y fue el arquitecto preferido de la Casa Real. Dejó su impronta en El Escorial y en Aranjuez y, a partir de 1785, en el Gabinete de Historia Natural que daría lugar al Prado. Inaugurado como Museo Real de Pinturas el 19 de noviembre de 1819, ocho años después de la muerte de Villanueva, su legado se puede rastrear en los proyectos que el maestro presentó al conde de Floridablanca, que subrayaban las claves de la filosofía ilustrada en aquel inmueble junto al Jardín Botánico de la capital. Abajo a la derecha, vemos las plantas, los alzados y el perfil del edificio según la ejecución de Villanueva del año 1796.