LA DEMOCRACIA ESPAÑOLA SALVADA POR LA OTAN (HOY NO HABRÍA PASADO)
LA OTAN FUE EL REFUGIO PARA UNA JOVEN DEMOCRACIA DESNORTADA QUE NECESITABA HUIR DE LOS FANTASMAS DEL PASADO. PARA ESPAÑA, SIGNIFICABA INGRESAR EN EL CLUB DE LOS PAÍSES LIBRES
Cómo ha cambiado la OTAN en su relación con España. El 30 de mayo de hace 37 años se convirtió en el miembro número 16 de la organización por obra y gracia del impulso del presidente Leopoldo Calvo Sotelo. Nos la vendieron como la tabla de salvación para una democracia a la deriva y lo que vemos ahora es un cuarto oscuro.
El 25 de febrero de 1981, Calvo Sotelo incluyó en su discurso de investidura, tras el fracaso del golpe de Estado de Tejero, el ingreso en la Alianza Atlántica. Lo hizo pensando que era la mejor manera de asentar la democracia, que los militares miraran hacia la política exterior y no a la interior, poder contar con apoyos para luchar contra ETA y que los países miembros nos ayudaran a entrar en la Comunidad Europea. La OTAN era el refugio para una joven democracia desnortada que necesitaba huir de los fantasmas del pasado.
La llegada de Felipe González supuso la reiteración de la apuesta por una España del futuro que viajara con los países occidentales hacia delante. Es cierto que prometió un referéndum de salida y lo que convocó fue uno de permanencia, pero los ideales que representaba la OTAN iban mucho más allá de los militares, para España era ingresar en el club de los países libres.
Luego ya vinieron las promesas incumplidas –la realidad–, integrarnos plenamente por la puerta de atrás en la estructura militar, que los estadounidenses metieran armas nucleares en nuestro territorio y que tuvieran los soldados estacionados que les diera la gana o casi.
Los años han pasado y la OTAN asiste ahora a una pérdida de valores, esos que supuestamente nos llevaron a entrar. Con Rusia como enemigo difuso, Estados Unidos solo está preocupado por el dinero, que sus socios gasten más en defensa para ellos gastar menos. Una pena esta OTAN sin corazón, que al menos los españoles, en un momento de la historia, creíamos que lo tenía. Ahora todo vale por la pasta.