España y Polonia
› Mientras Polonia se sacudía el yugo de la servidumbre comunista, otros países del Viejo Continente reclamaban su espacio en el tablero de la democracia. Y no siempre se trataba de luchar contra un régimen socialista, sino también de signo contrario, como el que había oprimido a España desde el final de la Guerra Civil.
La anomalía histórica del franquismo en una Europa que había liquidado los regímenes fascistas tras la Segunda Guerra Mundial tocó a su fin en noviembre de 1975 con la muerte de Francisco Franco. Al igual que en Polonia, los años que siguieron fueron convulsos, tanto en lo político como en lo social, hasta forjar un gobierno que recompusiera la fractura de tantas décadas.
En este sentido, y pese a la distancia geográfica, Polonia y España compartieron no pocos anhelos e ideales a finales de los años 70 y principios de los 80: ambos querían construir un futuro mejor y más inclusivo para sus ciudadanos. Si bien la figura más representativa de España durante la Transición, Adolfo Suárez, y el líder sindical Lech Walesa no llegaron a verse las caras, no cabe duda de que cada uno de ellos fue un instrumento necesario, crucial, para promover el régimen de libertades que sus ciudadanos demandaban.
Durante el mandato de Walesa, España y Polonia mantuvieron la mejor sintonía. El polaco visitó nuestro país con motivo de la Expo de Sevilla de 1992, en concreto el 3 de mayo, fecha que conmemora el aniversario de la primera Constitución polaca de 1791. Además, Walesa visitó Granada, donde se entrevistó con los reyes en el palacio de Carlos V, y Madrid, donde lo recibió Felipe González, a quien invitó a Polonia, lo que éste hizo en abril de 1993.
Sin duda, la entrada en la Comunidad Europea –Unión Europea desde 1993– representaba el espaldarazo definitivo para cualquier democracia europea. En 1979, el ministro para las Relaciones con las Comunidades Europeas, Leopoldo Calvo Sotelo, inició las conversaciones para entrar en ese selecto club, que darían su fruto en 1985. En Polonia, un mes después de acceder a la jefatura del gobierno, Mazowiecki firmó el Convenio sobre Comercio y Cooperación Económica entre su país y la Comunidad Económica Europea y el 16 de diciembre de 1991 Polonia firmó el Tratado con las Comunidades Europeas, proclamando en 1994 su deseo de integrarse en la Unión, algo que terminaría sucediendo en 2004.
Con Aznar en el Gobierno español, el apoyo al país eslavo siguió siendo una prioridad y, en 2001, los Reyes viajaron de nuevo a Polonia para afianzar los lazos económicos entre ambos hermanos. En aquella ocasión, fueron recibidos por Aleksander Kwaśniewski, que había sustituido a Walesa en la presidencia de la República.