Un político contra los nazis
› Francisco Viadiu nació en Solsona, a 50 kilómetros de Andorra, el año 1900. Quería ser médico, pero la carencia de medios económicos no se lo permitió. A los 17 años sufrió por la situación de mal vivir de sus vecinos y se convenció de que la política era el arma para ayudarles. Fue detenido, pero nada le impidió seguir luchando para conseguir sus ideales.
Se afilió a Esquerra Republicana de Cataluña y en 1931 fue elegido diputado por Lérida. Tras la proclamación del Estado Catalán el 6 de octubre de 1934 fue encarcelado. Durante la Guerra Civil, en 1937 se hizo cargo de la Comisaría de Orden Público de la Generalitat, en Lérida.
Hombre ecuánime, educado durante años en un colegio religioso, no le tembló el pulso para hacer frente a los desmanes que llevaban a cabo la Federación Anarquista Ibérica y el Partido Obrero de Unificación Marxista. Gracias a él salvaron la vida el obispo de Solsona, Valentín Comellas, y ciento de religiosos y de personas del bando nacional.
En 1938 fue designado alcalde de Solsona, cargo en el que estuvo hasta que la llegada de las topas franquistas en 1939 le obligaron a exiliarse en Francia, donde le metieron en un campo de concentración, desde donde se fue a vivir a Montpellier, localidad en la que llamó la atención de un agente del MI6 que le terminó metiendo en la resistencia a los nazis.
Tras la Segunda Guerra Mundial y después de pasar un año en la cárcel en España, escribió un libro sobre sus aventuras y trabajó en una imprenta. Con la llegada de la democracia, en 1976 se afilió a su viejo partido ERC, que abandonó en 1982. Al reconocimiento por su labor por parte de Estados Unidos y Gran Bretaña, se sumó en 1986 la Cruz de Sant Jordi. Murió el 28 de septiembre de 1992.