UN PATRIOTA ruso
■ Galaxia Gutenberg nos regala las memorias inéditas del exiliado ruso blanco Vladímir Ivánovich Kovalevski (1892-?), quien, tras servir en la Legión Extranjera francesa, recaló en nuestro país, sumergido de lleno en la Guerra Civil, en 1938, como voluntario de las filas golpistas. Acabada la contienda, se estableció en San Sebastián y en junio de 1941, cuando los ejércitos de Hitler se proponían conquistar el Este en el marco de la Operación Barbarroja, se alistó como voluntario e intérprete en la División Azul.
Como veterano anticomunista y patriota ruso, Kovalevski muestra en sus memorias su pronta decepción con el proceder del ejército alemán –la Wehrmacht– en Rusia, adoptando a su vez una postura crítica hacia el comportamiento de los soldados españoles y sus mandos, desde el general Agustín Muñoz Grandes hasta Fernando Castiella, que sería más tarde ministro de Asuntos Exteriores del régimen de Franco.
Describe con ironía problemas de indisciplina, rivalidades, pillaje y abusos contra la población civil llevados a cabo por guardias civiles convertidos en policías militares, así como los sufrimientos que hubo de soportar el pueblo ruso bajo la ocupación. Así, aquel que luchó mano a mano con los franquistas apoyando a Hitler acaba por convertirse en un importante crítico del mismo sistema que abrazó en un principio con entusiasmo, y sus memorias constituyen uno de los más alumbradores y directos testimonios de aquel tiempo de barbarie y fanatismo.