Un generador nuclear perdido en el Himalaya
HAY ALGUNAS HISTORIAS QUE, DE NO EXISTIR INFORMACIÓN CONTRASTADA, HACEN PENSAR EN QUE NO PUEDEN SER POSIBLES. ESTE ES EL CASO QUE NOS OCUPA, UN CASO QUE, DE NO SER POR EL PELIGRO POTENCIAL QUE ENTRAÑA, SERÍA OBJETO DE CHISTE. PORQUE, ¿CÓMO PUEDE PERDERSE UN GENERADOR ELÉCTRICO EN LA CORDILLERA MÁS ELEVADA DE LA TIERRA? ES MÁS, NO SÓLO SE PERDIÓ, SINO QUE PRESUMIBLEMENTE SIGUE ALLÁ ARRIBA. VISTO ESTO, CABE HACERSE OTRA PREGUNTA LÓGICA: ¿QUÉ HACÍA UN APARATO DE ESE TIPO EN UNA MONTAÑA? LA ACCIÓN SE SITÚA EN PLENA GUERRA FRÍA Y, CON ESO, QUEDA TODO DICHO. EL CONFLICTO ENTRE SUPERPOTENCIAS NUCLEARES DIO LUGAR A TODO TIPO DE EXPERIMENTOS Y AVENTURAS ROCAMBOLESCAS. LA QUE HOY NOS OCUPA ES UNA DE ESAS LOCURAS.
Cuando eres una superpotencia nuclear uno de tus mayores miedos es que tus enemigos amplíen su arsenal, en una carrera por tener más armas, o mejores, que ellos. La segunda mitad del siglo XX vio cómo esta competición armamentística casi ter
mina de una forma terrorífica. Los Estados Unidos vigilaban todos los movimientos de la Unión Soviética, y viceversa. Y, cuando nuevos actores con “la bomba” entraron en juego, los esfuerzos por saber qué se traían entre manos se multiplicaron. Los generadores SNAP (ver recuadro), además de en naves espaciales, tanto norteamericanas como rusas, fueron utilizados, por ejemplo, para alimentar faros o balizas situados en lugares lejanos en los que no se podía contar con un suministro eléctrico de otro tipo. Por ello, no extrañará que, para el caso que nos ocupa, se pensara en utilizar uno de esos generadores nucleares.
Concretamente, se eligió en este caso por los estadounidense un SNAP modelo 19-C alimentado con plutonio-238, del mismo tipo empleado el varias misiones espaciales. El objetivo final era monitorizar las actividades con bombas atómicas por parte de China, que desde el 16 de octubre de 1964 y gracias a su secreto Proyecto 596, había detonado su primera bomba, convirtiéndose en una nueva potencia nuclear. La gran pregunta para los Estados Unidos era ¿cómo vigilar esa nueva amenaza para sus intereses políticos y económicos? La inteligencia estadounidense realizó diversas simulaciones en lo alto del célebre Monte McKinley, hoy conocido como Denali, en Alaska. Los resultados fueron buenos y, por ello,
EL OBJETIVO FINAL ERA MONITORIZAR LAS ACTIVIDADES CON BOMBAS ATÓMICAS POR PARTE DE CHINA, QUE SE HABÍA CONVERTIDO EN UNA POTENCIA NUCLEAR EN 1964
decidieron pasar a la acción: se situaría un sistema de sensores para vigilar posibles experimentos atómicos chinos en lo alto de una de las más conocidas montañas del Himalaya y, cómo no, todo ello sería alimentado por un SNAP.
UNA INSTALACIÓN LLENA DE PROBLEMAS Y PELIGROS
La mejor forma de espiar las actividades nucleares militares de los chinos por parte de los Estados Unidos, antes de que se tuvieron en activo satélites adecuados, era vigilar desde una atalaya privilegiada, esto es, el Himalaya. En concreto, la parte india de esta cordillera, un aliado y también interesado en vigilar a su vecino, era la mejor opción. Muy cerca de la frontera con China, dentro de la India, podemos encontrar dos gigantescas moles de roca conocidas como Nanda Devi y Nanda Kot. La primera de estas montañas es sagrada para los hindúes y cuenta con dos cimas gemelas, la del oeste tiene una altitud de
LA MEJOR FORMA DE ESPIAR LAS ACTIVIDADES DE LOS CHINOS ERA VIGILAR DESDE UNA ATALAYA PRIVILEGIADA, ESTO ES, EL HIMALAYA
7.816 metros y la situada al este cuenta con 7.434 metros. Se trata de la segunda montaña más alta de toda la India y es el lugar ideal para vigilar cualquier tipo de explosión experimental nuclear china en sus campos de pruebas. Por otra parte, el Nanda Kot se eleva a una altitud de 6.861 metros sobre el nivel del mar.
De hecho, la situación de la primera prueba atómica china en Lop Nor, en el mencionado año de 1964, con la que el gigante asiático se convertía en la quinta potencia nuclear del mundo, se llevó a cabo en la remota región de Sinkiang, que limita al sur con el Tíbet. Por lo tanto, instalar sensores en la India a las altitudes mencionadas ofrecía una ventaja estratégica evidente. Hicieran lo que hicieran los chinos en sus pruebas nucleares, se podría dar cuenta de ello desde allí.
Además, el lugar es tan privilegiado, que permitía a los estadounidense ir más allá, porque no sólo podía espiar la actividad china, sino también a otras dos potencias nucleares: Pakistan y, aunque fuera un aliado, también a la propia India. En este conflictivo triángulo geográfico, donde recordemos que se encuentra la región de Cachemira o el problemático glaciar de Siachen, una simple chispa podía iniciar una guerra atómica devastadora.
Aunque la historia de la instalación de los sensores estadounidenses en las montañas de la India permanece todavía bajo bastante secretismo, son bastante los detalles que se han ido conociendo con los años. Un año después de la primera detonación nuclear china, esto es, en
EN ESTE CONFLICTIVO TRIÁNGULO GEOGRÁFICO, UNA SIMPLE CHISPA PODÍA INICIAR UNA GUERRA ATÓMICA DEVASTADORA
1965, un grupo de ingenieros y agentes de la CIA, junto con escaladores indios, iniciaron una serie de complejas operaciones para instalar el deseado sistema de vigilancia sobre la mole pétrea del Nanda Devi. Cualquier nueva explosión en China se podría monitorizar desde allí de forma automática. Como habrá quedado ya claro, la única forma de alimentar aquellos sensores era subir a la montaña un generador termoeléctrico de radioisótopos, como los mencionados SNAP. Esto haría que no se tuviera que pensar en la alimentación eléctrica durante años, dada la gran autonomía de estos generadores. Igualmente, la también citada experiencia en Alaska parecía indicar que todo sería sencillo o, al menos, controlable.
El mundo real, sin embargo, se empeñó en romper todos los esquemas. Una gran tormenta sorprendió a la expedición indio-estadounidense al poco de llegar al Nanda Devi. La situación se complicó terriblemente porque, a pesar de todas las simulaciones, aquella tormenta en la cara sur del gigante del Himalaya superaba cualquier cosa a la que se hubieran enfrentado antes. La instalación se llevó desmontada
UNA GRAN TORMENTA SORPRENDIÓ A LA EXPEDICIÓN INDIO-ESTADOUNIDENSE AL POCO DE LLEGAR AL NANDA DEVI Y LA SITUACIÓN SE COMPLICÓ TERRIBLEMENTE
a la montaña, con el generador SNAP, con forma de cono, confinado en un contenedor. La expedición decidió descender de nuevo, dejando en el campo base todos los aparatos, incluyendo el ingenio nuclear. Cuando la tormenta hubiera pasado, volverían a ascender y retomarían el trabajo. Era un plan sencillo, pero lo que encontraron al volver a subir al Nanda Devi fue completamente inesperado. El campamento había sido enterrado bajo una gran capa de nieve y hielo. Durante años se enviaron más expediciones para rescatar el generador nuclear perdido, pero todo fue en vano.
Cabe imaginarse la situación: la expedición tuvo que regresar en 1966 e informar de que todo un generador nuclear había sido “perdido” en lo alto del Himalaya. Todo el equipamiento permanece allá arriba, en los valles del Nanda Devi: los sensores, los aparatos auxiliares y el ingenio con alma de plutonio que, por mucho que se intentó, nunca fue localizado. El resto de la historia es bastante nebuloso. La necesidad de monitorizar las actividades chinas seguía allí, por lo que a pesar del fracaso inicial se instaló otra red de sensores similar a la original, posiblemente en este segundo caso en el Nanda Kot. Eso fue en 1967 y no hubo ningún problema, manteniéndose la instalación hasta que fue desmantelada años después.
Habrá quien piense que, a fin de cuentas, un pequeño generador nuclear con una minúscula cantidad de plutonio en su interior no es algo problemático, sobre todo si ha quedado enterrado bajo toneladas de hielo. Pero debe tenerse en cuenta que la cara sur del Nanda Devi es, ni más ni menos, uno de los lugares de nacimiento del río Ganges, con todo lo que ello implica. Las sucesivas expediciones de rescate, al no encontrarse radiactividad residual, convinieron en que el contenedor había permanecido sellado y que, por ello, no había peligro. Estas expediciones secretas sólo empezaron a conocerse, con poco detalle, a finales de los años setenta, cuando se hizo público que varios de estos ingenios nucleares habían sido empleados para alimentar sensores de vigilancia atómica. A pesar de varias polémicas en el parlamento indio, poco más se sabe. Si alguna de aquellas expediciones logró recuperar el plutonio, es algo que se desconoce, pero en la India dan por hecho que el artilugio nuclear sigue allá arriba, entre la nieve, con su pequeña carga de plutonio-238 amenazando las aguas del gran río sagrado hindú. De forma pública no se ha dado más información sobre tan preocupante situación…
LA EXPEDICIÓN TUVO QUE REGRESAR EN 1966 E INFORMAR DE QUE TODO UN GENERADOR NUCLEAR HABÍA SIDO “PERDIDO” EN LO ALTO DEL HIMALAYA