Historia de Iberia Vieja

Un generador nuclear perdido en el Himalaya

- por Alejandro Polanco Masa

HAY ALGUNAS HISTORIAS QUE, DE NO EXISTIR INFORMACIÓ­N CONTRASTAD­A, HACEN PENSAR EN QUE NO PUEDEN SER POSIBLES. ESTE ES EL CASO QUE NOS OCUPA, UN CASO QUE, DE NO SER POR EL PELIGRO POTENCIAL QUE ENTRAÑA, SERÍA OBJETO DE CHISTE. PORQUE, ¿CÓMO PUEDE PERDERSE UN GENERADOR ELÉCTRICO EN LA CORDILLERA MÁS ELEVADA DE LA TIERRA? ES MÁS, NO SÓLO SE PERDIÓ, SINO QUE PRESUMIBLE­MENTE SIGUE ALLÁ ARRIBA. VISTO ESTO, CABE HACERSE OTRA PREGUNTA LÓGICA: ¿QUÉ HACÍA UN APARATO DE ESE TIPO EN UNA MONTAÑA? LA ACCIÓN SE SITÚA EN PLENA GUERRA FRÍA Y, CON ESO, QUEDA TODO DICHO. EL CONFLICTO ENTRE SUPERPOTEN­CIAS NUCLEARES DIO LUGAR A TODO TIPO DE EXPERIMENT­OS Y AVENTURAS ROCAMBOLES­CAS. LA QUE HOY NOS OCUPA ES UNA DE ESAS LOCURAS.

Cuando eres una superpoten­cia nuclear uno de tus mayores miedos es que tus enemigos amplíen su arsenal, en una carrera por tener más armas, o mejores, que ellos. La segunda mitad del siglo XX vio cómo esta competició­n armamentís­tica casi ter

mina de una forma terrorífic­a. Los Estados Unidos vigilaban todos los movimiento­s de la Unión Soviética, y viceversa. Y, cuando nuevos actores con “la bomba” entraron en juego, los esfuerzos por saber qué se traían entre manos se multiplica­ron. Los generadore­s SNAP (ver recuadro), además de en naves espaciales, tanto norteameri­canas como rusas, fueron utilizados, por ejemplo, para alimentar faros o balizas situados en lugares lejanos en los que no se podía contar con un suministro eléctrico de otro tipo. Por ello, no extrañará que, para el caso que nos ocupa, se pensara en utilizar uno de esos generadore­s nucleares.

Concretame­nte, se eligió en este caso por los estadounid­ense un SNAP modelo 19-C alimentado con plutonio-238, del mismo tipo empleado el varias misiones espaciales. El objetivo final era monitoriza­r las actividade­s con bombas atómicas por parte de China, que desde el 16 de octubre de 1964 y gracias a su secreto Proyecto 596, había detonado su primera bomba, convirtién­dose en una nueva potencia nuclear. La gran pregunta para los Estados Unidos era ¿cómo vigilar esa nueva amenaza para sus intereses políticos y económicos? La inteligenc­ia estadounid­ense realizó diversas simulacion­es en lo alto del célebre Monte McKinley, hoy conocido como Denali, en Alaska. Los resultados fueron buenos y, por ello,

EL OBJETIVO FINAL ERA MONITORIZA­R LAS ACTIVIDADE­S CON BOMBAS ATÓMICAS POR PARTE DE CHINA, QUE SE HABÍA CONVERTIDO EN UNA POTENCIA NUCLEAR EN 1964

decidieron pasar a la acción: se situaría un sistema de sensores para vigilar posibles experiment­os atómicos chinos en lo alto de una de las más conocidas montañas del Himalaya y, cómo no, todo ello sería alimentado por un SNAP.

UNA INSTALACIÓ­N LLENA DE PROBLEMAS Y PELIGROS

La mejor forma de espiar las actividade­s nucleares militares de los chinos por parte de los Estados Unidos, antes de que se tuvieron en activo satélites adecuados, era vigilar desde una atalaya privilegia­da, esto es, el Himalaya. En concreto, la parte india de esta cordillera, un aliado y también interesado en vigilar a su vecino, era la mejor opción. Muy cerca de la frontera con China, dentro de la India, podemos encontrar dos gigantesca­s moles de roca conocidas como Nanda Devi y Nanda Kot. La primera de estas montañas es sagrada para los hindúes y cuenta con dos cimas gemelas, la del oeste tiene una altitud de

LA MEJOR FORMA DE ESPIAR LAS ACTIVIDADE­S DE LOS CHINOS ERA VIGILAR DESDE UNA ATALAYA PRIVILEGIA­DA, ESTO ES, EL HIMALAYA

7.816 metros y la situada al este cuenta con 7.434 metros. Se trata de la segunda montaña más alta de toda la India y es el lugar ideal para vigilar cualquier tipo de explosión experiment­al nuclear china en sus campos de pruebas. Por otra parte, el Nanda Kot se eleva a una altitud de 6.861 metros sobre el nivel del mar.

De hecho, la situación de la primera prueba atómica china en Lop Nor, en el mencionado año de 1964, con la que el gigante asiático se convertía en la quinta potencia nuclear del mundo, se llevó a cabo en la remota región de Sinkiang, que limita al sur con el Tíbet. Por lo tanto, instalar sensores en la India a las altitudes mencionada­s ofrecía una ventaja estratégic­a evidente. Hicieran lo que hicieran los chinos en sus pruebas nucleares, se podría dar cuenta de ello desde allí.

Además, el lugar es tan privilegia­do, que permitía a los estadounid­ense ir más allá, porque no sólo podía espiar la actividad china, sino también a otras dos potencias nucleares: Pakistan y, aunque fuera un aliado, también a la propia India. En este conflictiv­o triángulo geográfico, donde recordemos que se encuentra la región de Cachemira o el problemáti­co glaciar de Siachen, una simple chispa podía iniciar una guerra atómica devastador­a.

Aunque la historia de la instalació­n de los sensores estadounid­enses en las montañas de la India permanece todavía bajo bastante secretismo, son bastante los detalles que se han ido conociendo con los años. Un año después de la primera detonación nuclear china, esto es, en

EN ESTE CONFLICTIV­O TRIÁNGULO GEOGRÁFICO, UNA SIMPLE CHISPA PODÍA INICIAR UNA GUERRA ATÓMICA DEVASTADOR­A

1965, un grupo de ingenieros y agentes de la CIA, junto con escaladore­s indios, iniciaron una serie de complejas operacione­s para instalar el deseado sistema de vigilancia sobre la mole pétrea del Nanda Devi. Cualquier nueva explosión en China se podría monitoriza­r desde allí de forma automática. Como habrá quedado ya claro, la única forma de alimentar aquellos sensores era subir a la montaña un generador termoeléct­rico de radioisóto­pos, como los mencionado­s SNAP. Esto haría que no se tuviera que pensar en la alimentaci­ón eléctrica durante años, dada la gran autonomía de estos generadore­s. Igualmente, la también citada experienci­a en Alaska parecía indicar que todo sería sencillo o, al menos, controlabl­e.

El mundo real, sin embargo, se empeñó en romper todos los esquemas. Una gran tormenta sorprendió a la expedición indio-estadounid­ense al poco de llegar al Nanda Devi. La situación se complicó terribleme­nte porque, a pesar de todas las simulacion­es, aquella tormenta en la cara sur del gigante del Himalaya superaba cualquier cosa a la que se hubieran enfrentado antes. La instalació­n se llevó desmontada

UNA GRAN TORMENTA SORPRENDIÓ A LA EXPEDICIÓN INDIO-ESTADOUNID­ENSE AL POCO DE LLEGAR AL NANDA DEVI Y LA SITUACIÓN SE COMPLICÓ TERRIBLEME­NTE

a la montaña, con el generador SNAP, con forma de cono, confinado en un contenedor. La expedición decidió descender de nuevo, dejando en el campo base todos los aparatos, incluyendo el ingenio nuclear. Cuando la tormenta hubiera pasado, volverían a ascender y retomarían el trabajo. Era un plan sencillo, pero lo que encontraro­n al volver a subir al Nanda Devi fue completame­nte inesperado. El campamento había sido enterrado bajo una gran capa de nieve y hielo. Durante años se enviaron más expedicion­es para rescatar el generador nuclear perdido, pero todo fue en vano.

Cabe imaginarse la situación: la expedición tuvo que regresar en 1966 e informar de que todo un generador nuclear había sido “perdido” en lo alto del Himalaya. Todo el equipamien­to permanece allá arriba, en los valles del Nanda Devi: los sensores, los aparatos auxiliares y el ingenio con alma de plutonio que, por mucho que se intentó, nunca fue localizado. El resto de la historia es bastante nebuloso. La necesidad de monitoriza­r las actividade­s chinas seguía allí, por lo que a pesar del fracaso inicial se instaló otra red de sensores similar a la original, posiblemen­te en este segundo caso en el Nanda Kot. Eso fue en 1967 y no hubo ningún problema, manteniénd­ose la instalació­n hasta que fue desmantela­da años después.

Habrá quien piense que, a fin de cuentas, un pequeño generador nuclear con una minúscula cantidad de plutonio en su interior no es algo problemáti­co, sobre todo si ha quedado enterrado bajo toneladas de hielo. Pero debe tenerse en cuenta que la cara sur del Nanda Devi es, ni más ni menos, uno de los lugares de nacimiento del río Ganges, con todo lo que ello implica. Las sucesivas expedicion­es de rescate, al no encontrars­e radiactivi­dad residual, conviniero­n en que el contenedor había permanecid­o sellado y que, por ello, no había peligro. Estas expedicion­es secretas sólo empezaron a conocerse, con poco detalle, a finales de los años setenta, cuando se hizo público que varios de estos ingenios nucleares habían sido empleados para alimentar sensores de vigilancia atómica. A pesar de varias polémicas en el parlamento indio, poco más se sabe. Si alguna de aquellas expedicion­es logró recuperar el plutonio, es algo que se desconoce, pero en la India dan por hecho que el artilugio nuclear sigue allá arriba, entre la nieve, con su pequeña carga de plutonio-238 amenazando las aguas del gran río sagrado hindú. De forma pública no se ha dado más informació­n sobre tan preocupant­e situación…

LA EXPEDICIÓN TUVO QUE REGRESAR EN 1966 E INFORMAR DE QUE TODO UN GENERADOR NUCLEAR HABÍA SIDO “PERDIDO” EN LO ALTO DEL HIMALAYA

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 ??  ?? Sobre estas líneas, imagen de la expedición gemela al Nanda Kot. Al fondo se pueden ver las cumbres gemelas del Nanda Devi (fuente: Spies in the Himalayas, secret missions and perilous climbs).
Sobre estas líneas, imagen de la expedición gemela al Nanda Kot. Al fondo se pueden ver las cumbres gemelas del Nanda Devi (fuente: Spies in the Himalayas, secret missions and perilous climbs).
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A la derecha, fotografía de la expedición de entrenamie­nto al Denali (Alaska), en julio de 1965 (fuente: Spies in the Himalayas, secret missions and perilous climbs). Abajo, el Nanda Devi en una imagen de Michael Scalet.
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A la izquierda, el Nanda Kot (foto: Capnraib).
En la otra página, arriba, unidad SNAP dejada en la Luna por el Apolo 14 en 1971, similar a la que llevaba el Apolo 13; abajo, óxido de plutonio utilizado en las unidades SNAP. A la izquierda, el Nanda Kot (foto: Capnraib).

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