EL ASALTO de lo divino
■ Ilia Galán está contento. El editor, profesor de la Carlos III y docente invitado en Oxford, Harvard, etc., pero sobre todo poeta, obtuvo la merecida recompensa a su tesón y paciencia y consiguió que su colega Alfredo P. Alencart le entregara este Barro del Paraíso para su publicación en Ars Poética. Se trata de un poemario de anclaje cristiano y bíblico sin complejos. No es un dosier de dogmas combativos ni de seguridades con orejeras. Sí muestra en muchos sentidos una plena satisfacción infundida por el asalto de lo divino, pero no está exento de la sed. Somos barro, del Paraíso, pero barro después de todo y, como dice en el segundo poema, el hombre es barro sediento. Cabría esperar agua para calmar nuestra sed, pero no es tan sencillo. Tiene que ser agua con chispa, con llama dadora de vida, y eso se llama vino, es decir, sangre de Cristo. Su sed solo se sacia con lo auténtico, lo opuesto a la oquedad. Enarbola “poderosas realidades” y para ello remueve todos los trastos acumulados sobre la sencilla verdad cristiana y los lanza por la ventana sin miramientos, escarbando en la lengua, en la poesía, en las noticias de hoy, en la Biblia y en su exuberante espíritu./JUAN