¡Enhorabuena, GRAN CANARIA!
Llegó el día, y la UNESCO confirmó en Azerbaiyán los (buenos) augurios. El paisaje cultural de Risco Caído y las montañas sagradas de Gran Canaria forman parte del selecto club del Patrimonio Mundial de esta institución.
El área, que abarca la Caldera de Tejeda, el macizo de Tamadaba y una parte del cauce de Barranco Hondo, comprende nada menos que 18.000 hectáreas y Risco Caído, que goza ya de un potente Centro de Interpretación, es solo una de las 1.500 cuevas trogloditas en este espacio, si acaso más relevante que otras por su simbolismo, su uso y las circunstancias de su descubrimiento.
De acuerdo con el dosier presentado a la UNESCO, este yacimiento prehispánico “alberga un conjunto de manifestaciones y obras bien conservadas pertenecientes a una cultura insular desaparecida que evolucionó en aislamiento a partir de la presencia, al principio de la Era, de los primeros bereberes o amaziges de procedencia norteafricana, hasta su conquista por la Corona de Castilla a finales del siglo XV”.