WOODSTOCK para arqueólogos
“La arqueología es el lugar donde se entretienen los hombres que no se preocupan hacia dónde van, sino que simplemente quieren saber donde todos han estado”. Esa frase del periodista Jim Bishop podría aplicarse a muchos hitos de la historia reciente, por ejemplo al mítico festival de música de Woodstock, que se celebró entre los días 15 y 18 de agosto de 1969, hace ahora cincuenta años. Cerca de medio millón de personas disfrutaron de los grandes nombres del rock y el folk en una granja del estado de Nueva York. Lógicamente, esa multitud dejó una huella en el entorno, que la arqueología puede estudiar igual que lo hace con las épocas más remotas. Así, un equipo de la universidad de Binghamton ha analizado in situ el marco del festival, fijando con exactitud los puestos de vendedores y otros lugares, unos datos que el museo de Bethel Woods, abierto en 2006 y que contextualiza este evento, incorporará a sus archivos.