EL MARCAPASOS NUCLEAR
› El uso de marcapasos es algo que ya trasciende la tecnología médica para convertirse en un hecho prácticamente habitual. Estos pequeños aparatos que velan por que la actividad eléctrica que controla el corazón sea correcta, han alcanzado niveles de refinamiento realmente asombrosos. Lo que no es tan conocido es que, durante un tiempo, se pensó que los marcapasos alimentados por energía “atómica” serían el futuro. Se recurrió a esta idea porque la tecnología de baterías daba problemas y no era muy fiable. Hoy se ha roto esa barrera y no se piensa seriamente en seguir por aquella línea, pero todavía hay algunas personas en el mundo que llevan en su interior un marcapasos alimentado por plutonio. Naturalmente, son personas que, en caso de fallecimiento o de necesidad de cambio en la unidad, deben pasar por un procedimiento especial para que se retire el aparato, que será reciclado de tal forma que la minúscula pieza de plutonio-238 que contienen tras su blindaje sea almacenada adecuadamente.
Estos marcapasos nucleares, como fue el caso del primero de ellos, diseñado en los años sesenta por Meditronic junto a Alcatel, e implantado en París por primera vez en 1970, cuentan con una vida útil prácticamente ilimitada si se compara con la duración de una vida humana.