UNA ÚTIL disección
■ Cassany se ha dedicado a estudiar y profundizar sobre la lectura y la escritura. En este caso, como en la mayoría de sus libros, combina la teoría con ejercicios prácticos; de ahí el aparente extraño título: “laboratorio”. Desde el análisis material del acto de la lectura –el número de fijaciones oculares, por ejemplo– hasta la tarea, más cerebral, de descodificar los mensajes, el autor disecciona lo que el hombre hace mientras disfruta del placer de leer.
Ante los cambios deparados por las nuevas tecnologías y la difusión de Internet y la lectura digital, estas reflexiones son más oportunas que nunca. El autor explica los engaños y automatismos que pueden hacer más fácil o veloz la lectura, pero también menos crítica. Al mismo tiempo, incluye digresiones sugerentes sobre la manipulación cuantitativa, la ideologización del lenguaje y ofrece criterios para discriminar información fiable de la que no lo es. El libro enseña, poco a poco y de un modo divertido, a leer, pero también a disfrutar de la lectura./A.T.