EL YACIMIENTO de los espabilados
■ El yacimiento de Iruña Veleia, en Álava, fue noticia en todos los medios de comunicación, no solo nacionales, allá por el año 2006, cuando tres arqueólogos hallaron unas piezas de barro en las que se representaba la crucifixión de Cristo más antigua de la historia, así como unas insólitas referencias en egipcio y euskera, lengua, esta última, que todavía no había dado “señales de vida”. La comunidad científica más seria puso en cuarentena sus hallazgos, pero hubo quien los compró sin hacer demasiadas preguntas. De este modo, el “cabecilla” de la trama recibió una inyección de cerca de cuatro millones de euros de una sociedad pública vasca, en tanto que la Diputación alavesa no tardó en subirse al carro ganador… Que, con el tiempo, se reveló perdedor. En 2008, una comisión evidenció que el emperador iba desnudo –¡los arqueólogos habían manipulado hasta 476 fragmentos arqueológicos!– y el eco planetario de Iruña Veleia se diluyó como un azucarillo. El juicio ya está en marcha y los autores de la estafa podrían enfrentarse a varios años de prisión y a una multa de cientos de miles de euros.