ARQUITECTURA FRANQUISTA, LA MEGALOMANÍA HECHA CEMENTO
› En una España donde la miseria era la moneda común, donde el hambre, la ruina y el frío abrazaban a los españoles tras la Guerra Civil, con un jefe de gobierno que era un dictador con ínfulas de emperador, con gobernadores civiles que desde Barcelona hasta Cádiz solo miraban que sus bolsillos se llenaran de billetes de mil pesetas, la locura dictatorial del Caudillo ideó los edificios más grandilocuentes y rancios que nadie pudiera imaginar. Edificios que, como el Arco del Triunfo o el Ministerio del Aire de Madrid, mostraban que el Estado era quien ostentaba el poder. Un estilo forjado por los arquitectos afines al régimen franquista que daban forma a los delirios de grandeza del régimen creando así una arquitectura para la eternidad.
Severidad y clasicismo unidos a la monumentalidad fascista que había surgido en la Italia de Mussolini y la Alemania nazi de Hitler.