LA MEMORIA DE FRANCO
La enorme estatua de Franco victorioso a caballo, que durante décadas presidió ›
el centro de su ciudad natal, llamada el Ferrol del Caudillo, hoy reposa bajo una lona, en un almacén propiedad de la Marina, cerca de la escuela naval Antonio do Escaño, en Caranza. Allí llegó tras unos años expuesta en el patio de Herrerías del Arsenal Militar de Ferrol, esperando un futuro incierto.
Otra suerte corrieron la efigie ecuestre del Caudillo que, desde 1959, coronaba la Plaza San Juan de la Cruz en Madrid, y que tras su desinstalación quedó bajo la responsabilidad del Ministerio de Fomento. O el gran monumento que se encontraba en la Academia General Militar de Zaragoza, desde 1948, y que hoy reposa en el Museo Provincial de dicha ciudad.
Lo mismo ha ocurrido con estatuas similares en Oviedo, Santander, Barcelona, etc., retiradas de la vía pública tras la aprobación de la Ley para la Memoria Historia.
Sin embargo, aún existe una efigie del Caudillo que se resiste a abandonar las calles: en el cruce de la Av. General Macia con la calle Cuesta de la Florentina de Melilla, a pocos metros del puerto, se conserva la estatua al Comandante de la Legión Francisco Franco, construida a petición del Ayuntamiento de Melilla por Enrique Novo Álvarez y que mantiene viva la memoria de quien fue el Caudillo de España para los nostálgicos del régimen.