Concebidos como un ejército inmortal e invencible, los guerreros de terracota de Qin Shihuang di son un testimonio valiosísimo de la evolución de la estrategia militar china en las primeras épocas del Imperio. Están distribuidos en tres fosas. Otras dos fosas, con acróbatas y funcionarios, nos ofrecen una visión de la organización administrativa del Estado y las diversiones de la élite, y de cómo todo esto fue trasladado a la vida de ultratumba.