CRÍMENES LEGALES
En su biografía de Sila, Plutarco habla de las proscripciones: «Para el que diera cobijo y ayudase a salvar la vida a un proscrito impuso la pena de muerte como castigo a la compasión humana [...]. El que matara a un proscrito recibiría una recompensa de dos talentos [64,6 kg de plata], aunque fuera un esclavo el que matara a un señor o un hijo a un padre» (Sila, 31, 4).