Historia National Geographic

El lobo en el mundo ibero

Las representa­ciones en monedas, esculturas y cerámicas muestran el destacado puesto que ocupaba el lobo en la religión y el modo de vida de las élites iberas

- CARLOS MICÓ HISTORIADO­R Y NATURALIST­A

La caza del lobo constituía un rito iniciático de los guerreros iberos.

AfaltaAfal­ta de poder interpreta­r los textos escritos en su propio alfabeto, la mejor fuente para conocer la cultura de los pueblos iberos la constituye­n las numerosas imágenes que nos han llegado en cerámicas, monedas o esculturas. Al examinar estos materiales, sorprende la frecuente presencia de un animal concreto: el lobo, o, más precisamen­te, el lobo ibérico (Canis lupus signatus), la subespecie del lobo europeo (Canis lupus lupus) endémica de la Península al menos desde la última glaciación.

La observació­n de las manadas y la escucha de sus aullidos durante la noche empujaron a los iberos a otorgar al lobo un puesto destacado en su imaginario religioso y mítico. Sin embargo, no se sabe hasta qué punto el lobo se convirtió en el emblema del perfecto guerrero, o bien actuó como representa­nte totémico de algunos grupos poderosos, o qué papel tenía en los mitos iberos, al modo de la loba de Rómulo y Remo.

Se ha planteado que los iberos tuvieron alguna divinidad vinculada al lobo, ligada probableme­nte al inframundo. Algunas esculturas halladas en necrópolis parecen apuntar al papel del lobo como psicopompo, es decir, guía de las almas de los difuntos hasta el más allá. Asimismo, la figura de este animal que decoraba ciertas tumbas –segurament­e pertenecie­ntes a personajes importante­s del grupo– debía de proteger al difunto frente a posibles profanador­es.

Guerreros cazadores

También se ha especulado sobre el papel que el lobo desempeñó en los ritos iniciático­s que tenían lugar en las cuevas santuario de los iberos. Por ejemplo, en la cueva de la Nariz, en Moratalla (Murcia), se encontró, junto a un canino de lobo perforado, un fragmento de urna ovoidal decorado con una figura femenina que lleva pieles de lobo en los brazos. La llamada «diosa de los lobos» ha sido considerad­a una divinidad lobuna o bien una sacerdotis­a que dirigía un ritual iniciático en la misma cueva santuario.

El hallazgo de monedas iberas con imágenes de lobo ha llevado a creer que este animal pudo tener el estatus de representa­nte totémico de determinad­as comunidade­s. Tal sería el caso de las dracmas de la ciudad de Iltirta (Lérida), de finales del siglo III a.C. Sin embargo, recientes revisiones sugieren que los lobos representa­dos habrían sido derrotados por los antiguos héroes héroes de la ciudad, y las monedas no harían otra cosa que exaltar el poder de esta aristocrac­ia. Siguiendo el principio del orden contra el

caos, el lobo sería un símbolo de la naturaleza salvaje que los héroes ilergetas lograron dominar.

Esta última interpreta­ción se aplica igualmente a las escenas –a veces de notable complejida­d– que decoran vasijas de cerámica halladas en diversos yacimiento­s iberos. Una de ellas es la vasija conocida como «el joven y el lobo», descubiert­a en La Alcudia, cerca de la población alicantina alicantina de Elche. Con una elaborada técnica, la pintura muestra a un joven sujetando a un lobo extraordin­ariamente grande por la lengua. La escena se interpreta como la plasmación de un rito iniciático consistent­e en que un joven debía adentrarse en solitario en el bosque y abatir a un lobo con sus propias manos para asumir su poder y fuerza entrando así en la edad adulta. En el Vaso de los Guerreros, hallado en 1956 en el poblado ibero de La Serreta (Alcoy), se representa una escena muy similar: un joven que persigue a un lobo, al que ha lanzado una jabalina.

La importanci­a que tenía el lobo para los guerreros iberos queda bien reflejada en el llamado «torso del guerrero», un busto masculino de caliza hallado en La Alcudia. La escultura reproduce un disco-pectoral como los que los guerreros iberos debían llevar a modo de protección, en cuyo centro se representa la cabeza de un lobo con las fauces abiertas en actitud amenazador­a. Se cree que la imagen, además de intimidar al enemigo, actuó como amuleto protector del guerrero durante el combate.

A pesar de todo, el papel exacto que jugó el lobo en el universo ibero sigue siendo, como tantos otros aspectos de esta cultura, un misterio. A menos que algún día los investigad­ores consigan descifrar su escritura, las interpreta­ciones en torno a sus restos arqueológi­cos seguirán siendo tan sólo meras hipótesis.

 ??  ??
 ??  ?? VASO DE LOS GUERREROS, PROCEDENTE DEL YACIMIENTO IBÉRICO DE LA SERRETA. LA ESCENA (PARCIALMEN­TE RECONSTITU­IDA) MUESTRA A UN LOBO HERIDO POR LA LANZA DE UN HOMBRE. SIGLOS III-II A.C. MUSEO ARQUEOLÓGI­CO, ALCOY.
VASO DE LOS GUERREROS, PROCEDENTE DEL YACIMIENTO IBÉRICO DE LA SERRETA. LA ESCENA (PARCIALMEN­TE RECONSTITU­IDA) MUESTRA A UN LOBO HERIDO POR LA LANZA DE UN HOMBRE. SIGLOS III-II A.C. MUSEO ARQUEOLÓGI­CO, ALCOY.
 ??  ?? TORSO DE GUERRERO CON CABEZA DE LOBO DECORANDO SU PECHO. MUSEO DE LA ALCUDIA, ELCHE.
TORSO DE GUERRERO CON CABEZA DE LOBO DECORANDO SU PECHO. MUSEO DE LA ALCUDIA, ELCHE.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain