Nace la prensa femenina
Durante el reinado de Luis XIV, el Mercure galant daba a conocer cada mes las últimas modas de la corte de Versalles y de la alta sociedad de París
Bajo Luis XIV, el Mercure Galant daba a conocer cada mes las últimas modas.
AloAlo largo del siglo XVII, surgieron en Francia numerosas publicaciones periódicas. De periodicidad anual, mensual o semanal (la prensa diaria sólo apareció en el siglo XVIII), sus contenidos también podían ser muy diversos: unas eran eminentemente informativas, al modo de gacetas; otras eran órganos de crítica literaria, y otras más buscaban sobre todo entretener al lector, a la manera de las revistas actuales. Entre estas últimas brilló con luz propia el Mercure galant, que empezó a publicarse en 1672 cada tres meses y, tras una interrupción de tres años, a partir de 1678 con periodicidad mensual. Su creador y principal redactor fue Jean Donneau de Visé, literato de cierto renombre y con buenos contactos con la corte de Luis XIV, al que algunos consideran como el primer periodista moderno.
Qué se lleva este año
El Mercure galant ofrecía a sus lectores una crónica de sociedad de todo lo que ocurría en la corte de Luis XIV y entre las clases altas de París: bautizos, matrimonios, decesos, nombramientos a cargos oficiales, críticas de teatro y arte. Para hacer la lectura más amena se incluían poesías, acertijos o partituras de canciones. Pero, como ha destacado la historiadora norteamericana Joan DeJean en su libro La esencia del estilo, una sección de la revista suscitó un interés superior a todas las demás: la dedicada a la moda del vestir. Las páginas sobre este tema tuvieron especial éxito entre las mujeres, hasta el punto de que se ha dicho que el Mercure galant fue la primera revista femenina, o la primera revista de moda, de la historia.
El Mercure galant daba cuenta cada mes de los últimos modelos que se llevaban en París y de quiénes los habían lucido y diseñado. En las páginas de la revista se acercaba la modernidad a los lectores, y en particular a las féminas: lo que se estilaba en las diversas temporadas de la moda, las tendencias en la peluquería, el diseño y la sociedad.
Las lectoras conocían así las nuevas prendas que llegaban al mercado. Por ejemplo, en 1673 se anunciaba que habían llegado de China unas fantásticas medias, «pintadas a mano con las figuras más encantadoras que se pueda imaginar», y a la vez se advertía que «las mujeres que llevaran estas medias dibujadas deberían decidirse a mostrar sus piernas, ya que de otra manera sería inútil ponérselas». Incluso se anunciaban los modelos en función de la temporada (primavera e invierno). También se informaba de dónde comprar esas novedades –en las modernas boutiques provistas de vistosos escaparates– y dónde lucirlas, desde los cafés hasta los paseos.
El rol social de la mujer
Entre las damas de la alta sociedad francesa de finales del siglo XVII, aparecer en el Mercure galant y seguir las propuestas que allí se referían se convirtió en una cuestión fundamental. fundamental. Pero también fue importante para los comerciantes y las couturières
–mujeres que ya no eran modistas sino diseñadoras, reconocidas como gremio en 1675–, que encontraron en la publicación un modo de difundir sus productos y darse a conocer.
Cabe insistir en el papel que las féminas tuvieron dentro de la revista y en la influencia que esta publicación ejerció sobre la sociedad en general y las mujeres en particular. Las damas de clase alta, pero también las trabajadoras, encontraron en la moda un espacio propio, que se reflejó en las páginas de la cabecera y que permitió crear un medio de expresión femenina que rápidamente se propagaría por Europa. En efecto, la revista contribuyó de modo significativo a que las modas galas se difundieran por todo el continente, dado el prestigio que entonces tenía todo lo francés.
Aunque la mayoría de lectores del Mercure galant seguramente fueron mujeres, también había muchos hombres, por lo que resulta un tanto exagerado considerarlo sin más como una revista femenina. Sin embargo, es indudable que la revista francesa abrió un camino que seguirían otras publicaciones ya propiamente femeninas, empezando por la inglesa The Ladies’ Mercury (1693). Aun así, las revistas femeninas y de moda sólo se consolidarían a finales del siglo
XVIII, cuando se estableció una clara relación entre moda, mujer y prensa, fomentada por la industrialización y el cambio social. Entonces surgirán cabeceras como Gallerie des Modes et de Costumes Français (1785), Les Cabinets des modes (1786-1793) o la inglesa The Gallery of Fashion (1788-1803). En España, aunque en 1764 hubo una publicación dedicada específicamente a las mujeres, la primera revista femenina de moda fue el efímero Periódico de las Damas (1822), seguido por El Correo de las Damas (1833-1835)
y La Moda (1842-1927).