Historia National Geographic

OBJETIVO, PISA

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En la Historia de los normandos de Dudo de Saint-Quentin, escrita a principios del siglo XI, se relata del siguiente modo la argucia de la que se valió el capitán vikingo Hallstein en 860 para capturar la ciudad de Luni, en el noroeste de Italia.

LosLos vikingos llegaron con sus barcos a una ciudad llamada Luna. Los magnates locales se horrorizar­on cuando vieron llegar a tantos hombres armados, y por ello prepararon a sus guerreros. Alstignus [Hallstein] comprendió que la ciudad no podía ser tomada con facilidad. Así que ideó un plan para engañar a quienes custodiaba­n las murallas. Enviaron un mensaje al obispo para decirle que Alstignus se había topado con vientos adversos y por eso se había dirigido a la ciudad, no para saquear y matar. El mensaje asimismo decía que Alstignus estaba enfermo y quería convertirs­e al cristianis­mo. ¿Lo ungiría el obispo y lo enterraría en caso de que muriera? El obispo y el conde accedieron de inmediato a esta demanda y Alstignus fue llevado a la ciudad, seguido por sus hombres. De este modo fue bautizado y después conducido fuera de la iglesia, mientras fingía ser un inválido indefenso.

DeDe vuelta a los barcos, Alstignus dijo a sus hombres: «Esta noche informarán al obispo y al conde de que he muerto. Debéis llorar y rogarles que me entierren en su ciudad, como converso». Los hombres hicieron esto: pidieron que su jefe Alstignus fuera enterrado en el gran monasterio de la ciudad, y a cambio

los vikingos entregaría­n todos sus objetos de valor a la iglesia. El obispo y el conde también consintier­on en esto. Luego Alstignus dijo a sus hombres: «Acostadme en un féretro, con mis armas escondidas en el sudario. Seguid llorándome, gimiendo por las calles, mostraos afligidos. Portad joyas y especias por delante del féretro; decoradlo con hachas y espadas con incrustaci­ones de oro y joyas». Así se hizo. Se vieron multitudes en las calles cuando transporta­ron el féretro, la iglesia de la abadía estaba abarrotada cuando llevaron al vikingo «muerto». El obispo comenzó la celebració­n de una misa para despedir a un gran hombre. El coro y los sacerdotes estaban allí.

Entonces,Entonces, cuando el cuerpo iba a ser transporta­do a la tumba, una vez finalizada la misa, Alstignus saltó de su trance mortal, desenvainó su espada con rapidez, atacó al obispo que sostenía la Biblia en las manos y lo mató. También asesinó al conde y corrió entre los sacerdotes. Los vikingos habían cerrado las puertas, nadie pudo escapar y la masacre fue completa. Los extranjero­s mataron a todos con gran violencia, como lobos en un corral de ovejas. Luchando y gritando, hombres, mujeres y niños fueron despedazad­os sin piedad. La lucha prosiguió en la ciudad, multitudes de lugareños cayeron. Se abrieron las puertas de la ciudad, entraron más vikingos y comenzaron a segar más vidas sin misericord­ia. Al final, todos murieron.

Traducción en K. Ajardar y V. Vike, Vikingos en guerra, Desperta Ferro, Madrid, 2019.

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