Los samuráis que se hicieron rebeldes
EnEn el antiguo Japón, los ronin eran samuráis que de repente se quedaban desamparados al perder a su señor, ya por la muerte de éste o por culpa de alguna acción deshonrosa que ellos mismos hubieran cometido. La figura del ronin existía ya en el siglo XII, pero en el XVIII despertaría una fascinación colectiva sin precedentes. La causa de ello fue un episodio sucedido en 1702, que impactó en todo el país. Como castigo por haber agredido a uno de sus ministros, el sogún (la máxima autoridad de Japón) había obligado a suicidarse al jefe de un clan y había confiscado sus bienes. Los samuráis que estaban al servicio del señor se convirtieron automáticamente en ronin, pero en vez de resignarse decidieron vengarse del culpable de su desgracia, asaltaron su residencia y le cortaron la cabeza.
No se sabe cuántos samuráis intervinieron en el incidente de 1702, pero la leyenda los convirtió en 47. Así aparece en el relato que ahora se presenta en castellano, titulado originalmente El tesoro de los reales vasallos, compuesto por tres autores en 1748 para el teatro, primero de marionetas y luego kabuki. Por razones de prudencia política la historia se trasladó a la época medieval, y para «enganchar» al lector o espectador se introdujo una intriga amorosa y buena dosis de imaginación en la narración de los combates. El texto, uno de los más famosos de la literatura japonesa, constituye una evocación poética y cargada de nostalgia del mundo de los samuráis, en una época en que éstos vivían más en la fantasía que en la realidad.