FORMACIÓN DE UN GENIO
SegúnSegún Vasari, cuando Rafael todavía era un niño fue enviado por su padre, Giovanni, a estudiar en el taller de Pietro Vannucci, llamado el Perugino. Pese a este testimonio, no es cierto que Rafael fuera discípulo directo de Vannucci, aunque no hay duda de que el estilo del Perugino influyó en el de Rafael, incluso desde el punto de vista iconográfico. Por ejemplo, el cuadro Los desposorios de la Virgen, de 1504, retoma dos destacadas obras del Perugino: la Entrega de las llaves, pintada en las paredes de la capilla Sixtina en 1481, y el retablo, que también representaba los desposorios, que en ese mismo momento el Perugino estaba realizando para la catedral de Perugia. Rafael pintó Los desposorios de la Virgen para una capilla de la familia Albizzini en la iglesia de San Francesco al Prato, en Città di Castello.
Boda en una plaza
La escena de Los desposorios de la Virgen tiene lugar en una amplísima plaza urbana, presidida al fondo por un edificio de planta circular. En primer plano se desarrolla el rito matrimonial: en presencia del sacerdote, san José (representado más joven que en la iconografía tradicional) pone el anillo nupcial en el dedo de la Virgen.
Detrás del novio aparecen los demás pretendientes de María: todos llevan en la mano ramas secas y uno de ellos está rompiendo la suya sobre una pierna. Según cuenta la leyenda, cuando María llegó a la edad de casarse se entregó a todos sus pretendientes una ramita, diciéndoles que la muchacha se casaría con aquel cuya rama floreciera, signo de la voluntad divina en la boda. Floreció sólo la rama de José y, en efecto, en el cuadro brotan de la punta tres pequeñas flores.
Curiosamente, Rafael representó en la escena un presunto caso de hexadactilia: el pie izquierdo de José –el único personaje de la composición que no lleva zapatos– parece tener seis dedos.