EL RETRATISTA DE LA ARISTOCRACIA ROMANA
uchos de los retratos realizados por Rafael Sanzio eran el resultado de encargos prestigiosos, como el del banquero Bindo Altoviti y los de los papas Julio II y León X, este último representado en un famoso cuadro junto a dos cardenales. Pero otros los hizo como simple muestra de amistad, como en el caso del cuadro que representa al literato Baltasar de Castiglione.
Los dos se conocían al menos desde 1504 y compartían el interés por las antigüedades clásicas. Tras la prematura desaparición del pintor, Castiglione le dedicó una obra titulada De morte Raphaelis pictoris, que exaltaba la dedicación de su amigo a la salvaguarda de las ruinas de la antigua Roma.
Realizado entre 1514 y 1515, el retrato de Rafael muestra a Castiglione de cintura para arriba, ricamente vestido y en un perfil de tres cuartos, con la mirada en dirección al espectador. Cuando Castiglione regresó a Mantua, su tierra de origen, llevó consigo el cuadro que, tras varios cambios de propietario, pasó a formar parte de las colecciones del Museo del Louvre.
Personajes misteriosos
También existen retratos en los que el sujeto no ha sido identificado, como La Velada. Para algunos se trataría una vez más de Margherita Luti, hipótesis avalada por el parecido de la Velada con algunas imágenes femeninas recurrentes en la producción de Rafael. Pero la rica indumentaria de la mujer –un vestido de seda jaspeada adornado con acabados de oro, debajo del cual se ve una camisa blanca– y las joyas que lleva hacen suponer que se trata de una aristócrata. El título proviene del velo que le cae sobre los hombros y deja entrever sobre el cabello una diadema de oro, que lleva prendido un colgante acabado en una perla.