Historia National Geographic

LA CAPITAL PERSA

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aquellos días de tranquilid­ad. Alejandro se encontraba asistiendo a una carrera de jóvenes en el estadio cuando recibió la noticia del grave estado de salud de su amigo, que murió antes de que llegase el soberano. Las fuentes muestran a un rey fuera de sí, echado sobre el cadáver de su amigo, llorando sin consuelo e incluso privado de apetito durante varios días. Algunas crónicas afirman que mandó colgar a Glaucias, el médico que había atendido a Hefestión, bien por equivocars­e con la medicación, bien porque había dejado que su amigo siguiera bebiendo a pesar de su estado.

El dolor de Alejandro

Diodoro relata que Alejandro mandó trasladar el cadáver hasta Babilonia para que allí recibiera un funeral digno, aunque se ha planteado la hipótesis de que éste se celebrara en Ecbatana. Plutarco cuenta que el rey mandó cortar las crines de caballos y mulos en señal de duelo, derribó almenas de ciudades vecinas, hizo callar a los músicos del campamento, se dedicó a cazar hombres, acosándolo­s con perros, y sometió al pueblo de los coseos, degollando a todos sus jóvenes, acto que algunos han considerad­o un enagismos, enorme sacrificio sangriento.

El rey también envió una embajada al templo del dios Amón en el oasis egipcio de Siwa para preguntar si debía dispensar a Hefestión honores de héroe o de dios, y escribió a Cleómenes, el gobernador de Egipto, a quien prometió que le perdonaría todas las tropelías que había cometido mientras desempeñab­a ese cargo si construía sendos templos dedicados a Hefestión en Alejandría, uno en la misma ciudad y otro en la isla de Faros.

Sin embargo, la muestra más fastuosa del dolor de Alejandro fue la descomunal pira funeraria que dedicó a su camarada en Babilonia, cuyo coste osciló entre 10.000 y 12.000 talentos. Cada uno de los generales y amigos de Alejandro, buscando complacer al rey, mandó construir estatuas de marfil, oro y otros materiales admirables. También se derribó una importante sección de la muralla para crear un espacio lo bastante grande donde construir la pira. En la parte superior del monumento se ofrecieron armas macedonias y persas, de oro y plata, quizá como señal de duelo de todos los pueblos que formaban el imperio de Alejandro. No hay que olvidar que, en el momento de su

 ?? ALAMY / ACI ?? Tras derrotar a los persas, Alejandro adoptó poco a poco el ceremonial de sus soberanos, algo en lo que Hefestión le secundó. La imagen muestra la escalinata del palacio de Darío I en Persépolis (Irán).
ALAMY / ACI Tras derrotar a los persas, Alejandro adoptó poco a poco el ceremonial de sus soberanos, algo en lo que Hefestión le secundó. La imagen muestra la escalinata del palacio de Darío I en Persépolis (Irán).

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