LAS ARMAS DE LOS GALOS
Espadas cortas con mango antropomorfo. Período La Tène III (siglos II-I a.C.). Museo de Arqueología Nacional, SaintGermain-en-Laye.
ElEl valor de un líder militar se define no sólo por sus elecciones estratégicas y tácticas y por su capacidad de liderazgo, sino también, y sobre todo, por la categoría de los adversarios a los que se enfrenta. Escipión el Africano es considerado por muchos como el mejor general romano de todos los tiempos precisamente porque derrotó al invencible Aníbal, mientras que a Julio César se le suele considerar más afortunado que brillante porque se enfrentó con un Pompeyo Magno en la fase descendente de su carrera, con el arrogante rey Farnaces del Ponto y con un líder militar demasiado joven e inexperto como el líder galo Vercingétorix.
¿Pero era realmente Vercingétorix tan inexperto? Un atento análisis de su breve carrera demuestra justo lo contrario. Es cierto que su nombre está indisolublemente ligado a la derrota de Alesia, donde, en palabras de César, se las arregló para perder incluso contando con fuerzas siete veces superiores a las romanas. Pero para los franceses y para los defensores de la «celtomanía» que se desencadenó a partir de la época romántica,
Vercingétorix es el héroe y el símbolo del nacionalismo galo, el hombre capaz de diseñar la estrategia adecuada contra los invasores desde el principio y, sobre todo, el vencedor de Gergovia: en las historietas de Astérix, el viejo Edadepiédrix no deja de añorar esa victoria, la única clara y contundente que consiguieron los galos en casi una década de luchas contra César.
El nacimiento de un líder
Julio César menciona por primera vez a Vercingétorix en el libro VII de sus Comentarios sobre la guerra de las Galias. En los libros anteriores, el general romano había contado cómo, tras ser nombrado gobernador de la Galia Transalpina en 58 a.C., emprendió una serie de campañas en las que rechazó las invasiones de pueblos como los helvecios y los germanos y sojuzgó a la mayor parte de tribus galas. Sin embargo, en el año 52 a.C. los romanos estuvieron a punto de perder todo lo ganado. Primero en Cenabum, la actual Orleans, la tribu de los carnutes llevó a cabo una auténtica masacre de ciudadanos romanos, comerciantes que se habían instalado allí.
CRONOLOGÍA