FUNDACIÓN DE TENOCHTITLÁN
Imperio cuyo poder empezó a extenderse por toda Mesoamérica. Sin embargo, no todo fueron victorias. Una campaña contra el Imperio tarasco acabó con una derrota tan sonora que los mexicas no tuvieron más remedio que reconocerla: de un ejército de 24.000 hombres solamente volvieron 4.000. Tampoco pudieron conquistar la ciudad de Tlaxcala, un fracaso que se justificó con el pretexto de que la dejaban libre para tener cerca con quien combatir y conseguir prisioneros para los sacrificios humanos a los dioses en el curso de guerras rituales, las llamadas «guerras floridas». No es de extrañar que Tlaxcala se convirtiera en el principal aliado de Hernán Cortés en su campaña contra los mexicas.
A Axayacatl lo sucedió su hermano Tizoc, asesinado por no cumplir las expectativas de conquista. Durante mucho tiempo, el único monumento conocido en el que se mostraban las conquistas de un emperador fue la Piedra de Tizoc, donde aparecía este gobernante sometiendo a 14 pueblos. Ahora contamos también con la Piedra de Motecuhzoma o del Arzobispado, de estilo similar, en la que aparecen otras conquistas; cada tlatoani debía tener un monumento de este tipo. A Tizoc lo sucedió un tercer hermano, Ahuitzotl, un gran conquistador que llegó a la frontera con la actual Guatemala, entrando en contacto con tierras mayas. A su muerte llegó al poder Motecuhzoma Xocoyotzin, hijo de Axayacatl, que gobernaba el Imperio cuando Cortés llegó a México.
La organización del Imperio
El documento fundamental para el estudio del Imperio culhua-mexica es el Códice Mendoza, conservado en la Biblioteca Bodleiana de Oxford, escrito con glifos aztecas acompañados de textos en latín y castellano. En su primera parte se detallan una serie de guerras o conquistas agrupadas por cada gobernante, y en la segunda se enumeran los tributos que Motecuhzoma recibía, agrupados en lo que hemos dado en llamar provincias.
Conquistas y tributos dieron lugar a la idea de que los mexicas controlaban un imperio tributario, es decir, un conjunto de dominios sometidos por las armas que pagaban tributos a sus señores. Sin embargo, ahora sabemos que esa era solamente una parte del Imperio,