RECEPCIÓN EN LONDRES
Pocahontas fue recibida por Jacobo I en 1617 en el Banqueting House, un gran salón que es la única parte que hoy se conserva del palacio de Whitehall. se encontraba allí de visita. Argall logró engañarla para que subiera a su navío y se la llevó a Jamestown, con la intención de usarla como rehén para que los powhatan devolvieran a siete colonos que habían capturado.
En Jamestown, Pocahontas se convirtió al cristianismo y poco después se casó con John Rolfe. No podemos saber si hizo esto último por su propia voluntad, aceptando una propuesta sincera de Rolfe, o bien si fue forzada a ello de un modo u otro. Algunos estudiosos creen que fue violada por Rolfe y tal vez por otros colonos, y sacada a la fuerza de Virginia –lo que resulta plausible ante la ausencia de documentación que confirme su matrimonio– para convertirla en un cruel espectáculo público en gira por varias ciudades británicas, antes de una muerte prematura por enfermedad o incluso por envenenamiento. Que la hubieran llevado a la fuerza a Gran Bretaña no sería extraño: el navegante Martin Frobisher había llevado a tres inuit a Inglaterra contra su voluntad en 1577, y también murieron allí.
El viaje a Inglaterra
En cualquier caso, se deben considerar los beneficios que la unión formal de la hija de un gran jefe con un colono inglés aportaría a los powhatan: ya se hubiera casado por propia voluntad, por afecto o por sentido del deber, el matrimonio de Pocahontas con Rolfe debe entenderse en un contexto muy concreto, el de cumplir su deber para con su pueblo. El amor es un criterio europeo y moderno del matrimonio, no antiguo, y el componente romántico del mito de Pocahontas ha surgido en los dos últimos siglos.
Como la muchacha bien sabía, su matrimonio reforzaría las obligaciones que ambos pueblos habían pactado en cuanto a las relaciones comerciales y el respeto a la soberanía territorial. No es casualidad, por tanto, que su unión se conociera como la «paz de Pocahontas».
Fruto de su matrimonio con Rolfe, Pocahontas tuvo un hijo en 1615, y luego marchó a Inglaterra junto a su marido. Allí visitó diversas ciudades, asistiendo a recepciones y funciones teatrales, convertida en un espectáculo para el público británico. Durante 1616, en las gacetas inglesas abundaron los artículos sobre su persona y sus actividades, además de dibujos y grabados con su imagen.
Es muy elocuente que no existan artículos sobre Rolfe ni el hijo de ambos, Thomas. El exotismo de Pocahontas como princesa «india» o «salvaje» casada con un plebeyo asombraba y escandalizaba a aquellos con quienes se relacionaba. La Compañía de Virginia aprovechó esta notoriedad para enfatizar los progresos alcanzados en la «civilización» de los pueblos indígenas que poblaban los territorios que proyectaba colonizar. Pocahontas se convirtió en el gran emblema de una colonización prometedora, igual que su matrimonio con el colono John Rolfe y su hijo fueron un símbolo del éxito de la colonización inglesa.
Por su parte, ella siguió actuando en beneficio de su gente; aunque trataba con ingleses que la consideraban una rareza, no dejaba de recordar sus obligaciones a quienes ella creía que tenían algún poder sobre la colonia virginiana. John Smith recordaba que, cuando la encontró en una recepción en Plymouth, Pocahontas le afeó las promesas rotas por los colonos y le rogó que obligara a su pueblo a cumplir los acuerdos. Aunque no existe documentación de sus encuentros con el rey Jacobo, con quien se vio en dos ocasiones, cabe pensar que Pocahontas le planteó las mismas cuestiones. ¿Acaso su matrimonio y aquel viaje fueron el resultado de un encargo? ¿Puede que Pocahontas hubiera recibido de su padre la misión de moldear las relaciones internacionales de su pueblo?