Los bandoleros más allá de la leyenda
ConCon sus apodos castizos –el Tenazas, el Tragabuches, Pasos Largos–, los bandoleros españoles de principios del siglo XIX forjaron auténticas leyendas que han alimentado la literatura, la pintura y el cine durante décadas. Pero más allá de sus peripecias individuales, los historiadores se han planteado muchas preguntas en torno al fenómeno: ¿Era el bandolerismo producto de la miseria estructural o de decisiones individuales? ¿Fueron los bandoleros bandoleros héroes del pueblo o simples ladrones, cuando no criminales sin escrúpulos? ¿Eran realmente una plaga o exageraron los literatos al hablar de España como «la tierra por excelencia de los salteadores de caminos»? Enrique Martínez Ruiz, catedrático de Historia Moderna en la Universidad Complutense de Madrid, ofrece una síntesis muy equilibrada y actualizada que nos acerca a la realidad concreta del bandolerismo. Tras perfilar su contexto político y socioecoCon nómico, recapitula la carrera de los principales bandoleros, por lo general tan corta como sangrienta, sin dejar mucho margen para la figura idealizada del forajido romántico: al margen de excepciones de «bandidos buenos» como el Tempranillo, la mayoría eran huidos de la justicia que no dudaban en saquear y asesinar, algunos con auténtico ensañamiento, como el Boquicas. El autor destaca también la respuesta de las autoridades, con la decisiva creación de la Guardia Civil en 1844, así como el «bandolerismo organizado» de las décadas finales del siglo XIX, una forma de camorra o mafia ya sin ningún resabio romántico.