El Crystal Palace
En 1851, la primera Exposición Universal se desarrolló en Londres, dentro de un edificio que, por sus dimensiones y el uso del hierro y el cristal, fue una gesta de la ingeniería
El recinto que acogió la primera Exposición Universal era una obra de ingeniería que asombró al mundo.
EnEn 1851 se celebró en Inglaterra la Gran Exposición de Productos de la Industria de Todas las Naciones, considerada la primera Exposición Universal. Ya con anterioridad, se habían realizado en Francia, desde 1798, once exposiciones industriales relevantes, aunque siempre con carácter nacional. En Inglaterra, con una experiencia más limitada, se habían celebrado tres exposiciones nacionales de productos industriales desde 1847. A pesar de ello, algunos factores, como el carácter liberal de la economía inglesa, que no ponía trabas a los productos importados, así como el interés del príncipe Alberto –esposo de la reina Victoria– y de sir Henry Cole –escritor, diseñador y artista que pretendía promover la conexión entre el arte y la industria–, propiciaron la idea y dieron el impulso necesario para la realización de esta Exposición Universal.
Para albergar la exposición, las autoridades querían construir en Hyde Park un nuevo edificio que por sí mismo asombrara al mundo y ofreciera una imagen de modernidad y de la superioridad industrial inglesa. De esta manera, en 1850 se convocó un concurso de ideas, al que se presentaron 245 propuestas. Tres de ellas –la del francés Hector Horeau y las de los británicos Richard Turner y H. A. Bunning, autor este último de la Bolsa del Carbón de Londres– planteaban un edificio de hierro y cristal. No obstante, al comité encargado de seleccionar un proyecto no le pareció suficientemente bueno ninguno de
los tres. Sus miembros decidieron declarar desierto el concurso y sopesaron plantear ellos mismos una nueva propuesta de edificio.
De jardinero a arquitecto
Fue entonces cuando Joseph Paxton presentó un proyecto al príncipe Alberto y a Robert Stephenson, miembro del comité, y lo publicó en The Illustrated London News. Sus dibujos causaron tanta impresión que el comité decidió adjudicarle la construcción de la sede de la Exposición. Joseph Paxton no era arquitecto sino jardinero, y fue en el ejercicio de esta profesión como adquirió experiencia en la construcción de grandes estructuras de cristal y hierro que funcionaban como invernaderos o jardines de invierno; una de sus creaciones había sido el invernadero de Chatsworth (1841). Para el diseño del nuevo edificio contó como colaboradores con dos ingenieros: Charles Fox y Charles Heard Wild. El hecho de que ni Joseph Paxton ni Charles Fox fuesen arquitectos, sino hombres vinculados con la industria, hizo que afrontaran el diseño del edificio sin prejuicios formales, con independencia de los gustos del momento, únicamente guiados por la experiencia en la construcción de invernaderos, por la ingeniería ferroviaria y por las posibilidades tecnológicas de una industria floreciente.
El proyecto de Paxton era radical. Las dimensiones del edificio resultaban excepcionales para la época: 563,25 metros de longitud por 124,35 de ancho, lo que lo convertía en el edificio con mayor superficie construida hasta el momento. Esto fue posible por el empleo de cristal: de los 93.000 metros cuadrados de la fachada o envolvente del edificio, 84.000 estaban constituidos por cristal.
Durante la mayor parte de la historia, los materiales utilizados en la construcción fueron fundamentalmente la piedra, la madera y el ladrillo. La Revolución Industrial, sin embargo, permitió desde principios del siglo XIX disponer de hierro en gran cantidad para usarlo en la construcción como material estructural
Paxton diseñó el Crystal Palace guiado por su experiencia en la construcción de invernaderos
principal. Asimismo, la introducción en Inglaterra de nuevos métodos para la producción de vidrio, en 1832, por la Chance Brothers Company hizo posible la fabricación de vidrios de mayor tamaño, más resistentes y también más baratos. Fue la citada empresa la que suministró los vidrios para la construcción del Crystal Palace.
En este sentido, en el Crystal Palace se utilizó el hierro a una escala impensable hasta entonces. Algunas cifras son reveladoras: se emplearon más de 2.150 vigas de hierro y 1.000 pilares del mismo material, así como unas 290.000 láminas de vidrio.
Módulo a módulo
Para manejar tal cantidad de piezas era esencial reducirlas a un pequeño número de elementos estandarizados organizados que constituyeran una serie de módulos iguales entre sí. Paxton y sus colaboradores definieron un módulo estructural de 7,315 x 7,315 metros de base y 7,5 metros de altura, compuesto básicamente por cuatro pilares de fundición y cuatro vigas del mismo material. Dicho módulo podía agregarse tanto en horizontal como en vertical; era, por tanto, un módulo con adición tridimensional.
Esta organización modular constituye la mayor novedad del Crystal Palace con respecto a los invernaderos y jardines de invierno de hierro y vidrio que se habían construido hasta aquel momento, y es, por tanto, una de sus aportaciones principales a la historia de la arquitectura.
En la construcción de la época, la fuerza motriz que se utilizaba era la humana y la animal. La electricidad todavía no se empleaba para el alumbrado como fuerza motora ni existía el motor de explosión. La grúa de vapor, que sí sería utilizada en 1889 para la construcción de la torre Eiffel, acababa de ser patentada por sir William Fairbairn en 1850, por lo que todavía no se había generalizado su uso. Por lo tanto, la prefabricación