La vida de ultratumba de los vikingos
Valhalla, presidido por Odín, viene a nuestra mente cuando pensamos en las creencias de ultratumba de los vikingos. Pero su mundo espiritual era más amplio, como indican sus mitos y sus rituales funerarios relacionados con el más allá
Los relatos míticos y los numerosos enterramientos hallados por los arqueólogos desvelan cómo era el universo de ultratumba de los vikingos, cuando los guerreros acompañantes de Odín se adentraban en Valhalla.
LaLa vida después de la muerte es uno de los elementos fundamentales de cualquier cultura. La mitología de los pueblos nórdicos en la Edad Vikinga reflejaba una gran variedad de conceptos relacionados con el más allá, que incluían diversos espacios físicos donde la existencia continuaba después de la muerte. Hel, Valhalla o Fólkvangr son algunos de estos lugares, que recibían tanto a humanos como a dioses.
«Confuso, el dios Balder se miró el pecho. Ahí, donde nunca nadie había podido causar herida, donde ningún filo de metal podía dejar huella, había quedado ensartada una lanza de madera como si fuese el mástil de un barco. A su alrededor, las caras de los demás dioses, tan llenas de sorpresa como la suya propia, comenzaron a desdibujarse. ¿Cómo era posible? Él, Balder, el único dios que se cree inmortal, herido de muerte por una humilde lanza de muérdago. Balder, entre resignado e incrédulo, comenzó el camino al más allá».
¿Adónde va un dios nórdico cuando muere? La breve narración anterior refiere la muerte de Balder, hijo de Odín y dios considerado tan bello y sabio como inmortal. Y, sin embargo, aun el único dios supuestamente a salvo de la muerte puede llegar a morir. Los demás dioses en Asgard –uno de los mundos de la mitología nórdica, en el que viven los dioses– mantienen su longevidad a través de las manzanas mágicas que comen, pero son tan mortales como cualquiera de los
humanos que pueblan Midgard, el nombre del mundo de la humanidad. Y al igual que esa misma humanidad mortal, los dioses no comparten una única localización para el más allá: hay una gran variedad de posibles paraísos. Las creencias del pueblo vikingo sobre la vida después de la muerte fueron muy heterogéneas y cada individuo o familia pudo imaginar que esa etapa transcurriría en diversos espacios.
Hel, en el otro mundo
En el caso del dios Balder, su sorpresiva muerte lo lleva a las puertas de Hel, un submundo del que apenas recogemos retazos de información aquí y allí en las fuentes literarias nórdicas. En la gran sala que domina este submundo se sienta la diosa Hel, quien comparte nombre con el lugar que fue enviada a regir. En su trono se sienta, con la mitad de su cuerpo azul noche, para recibir a quienes llegan a su mundo. En el imaginario vikingo, a Hel llegan quienes mueren por enfermedad o vejez, lo que lo convierte en un destino bastante común, aunque queda claro con Balder que morir de un lanzazo también te lleva a sus puertas.