La CUEVA del PINDAL
UN TESORO ASTURIANO DEL PALEOLÍTICO ENTRE ACANTILADOS Y BOSQUES DE ENCINAS
EnEn Pimiango, una localidad situada en la que es, probablemente, la costa más hermosa de Asturias, encontramos la Cueva del Pindal. Descubierta en 1908, sus pinturas y grabados rupestres recibieron la distinción de Patrimonio Mundial de la UNESCO, siendo una de las 18 cuevas agrupadas bajo la denominación Cueva de Altamira y Arte Rupestre Paleolítico de la Región Cantábrica.
BISONTES, MAMUTS Y PECES
Tras una entrada que mira al mar, se abre un gran vestíbulo y una galería de 300 m en la que encontramos signos lineales, angulares o claviformes, entre otros, y representaciones de catorce bisontes, ocho caballos, cuatro cérvidos y las tres más excepcionales: un pez y dos mamuts. Son figuras grabadas o realizadas con pigmentos rojos, aunque también las hay negras, y corresponden al Paleolítico Superior, sobre todo a la época Magdaleniense, y algunas, a la Solutrense e incluso a la Gravetiense.
ARTE RUPESTRE EN UN PARAÍSO NATURAL
El punto de partida para visitar la Cueva del Pindal es el Centro de Interpretación, donde también nos hablarán del cercano monasterio de Santa María de Tina. Pero los bellos acantilados de Pimiango albergan otros tesoros: no nos podemos perder el encinar más importante de la cornisa cantábrica ni el cabo de San Emeterio. Un paisaje espectacular y lleno de historia.