MINISTROS DE ESTADO
LasLas élites gustaban de ser retratadas siguiendo los modelos del retrato cortesano, en el que no se deja nada al azar y todo lo representado posee un importante sentido simbólico; la pintura era un arma de promoción muy efectiva.
Don Gaspar de Guzmán, conde-duque de Olivares, acompañó al rey Felipe IV en sus tareas de gobierno desde que éste subió al trono en 1621, convirtiéndose en hombre de confianza del soberano y en su valido. Velázquez lo representó en varias ocasiones. En el retrato de 1625, Olivares aparece lujosamente ataviado, con la cruz de Alcántara en el pecho –en 1624 cambió la orden de Calatrava por ésta– y la capa y una fusta en la mano derecha, símbolo de su oficio como caballerizo, que apoya en un bufete sobre el que descansa el sombrero. Porta una gruesa cadena y la mano izquierda se intuye sujetando la espada. Don Diego del Corral y Arellano fue un afamado jurista, catedrático en la Universidad de Salamanca y llegó a formar parte de los consejos de Hacienda y de Castilla, además de ser caballero de la orden de Santiago. En el retrato que le dedicó Velázquez en 1632 aparece con los símbolos de su estatus: un sombrero alto sobre el bufete y la cruz de Santiago en el pecho. Los papeles que sostiene y la toga que viste son una alusión a su oficio.