Un mundo que muere y otro que nace
SueleSuele decirse, sin exageración, que la primera guerra mundial marcó el fin de un mundo, la civilización burguesa del siglo XIX, y el inicio de la modernidad en la que aún nos hallamos. Este libro del historiador alemán Daniel Schönpflug ausculta ese cambio justo en el momento en que se hizo manifiesto, en los primeros compases de la nueva vida tras el fin del conflicto. Lo hace reuniendo una gran variedad de testimonios indivia –soldados, periodista, artistas, emperadores derrocados...–, de todas las nacionalidades (rusos, ingleses, alemanes, estadounidenses, vietnamitas), algunos famosos (Virgina Woolf, Gandhi...); otros, menos conocidos.
Juntos ilustran la extrema incertidumbre que se vivió en los meses críticos que siguieron al armisticio, en pleno desmoronamiento del viejo orden –el de los imperios del centro y el este de Europa– y cuando la oleada de la Revolución rusa de 1917 amenazaba con engullir a Alemania con la revolución espartaquista, pero también a un Reino Unido enfrentado al alzamiento independentista en Irlanda.
Sin apriorismos, trenzando hábilmente las voces de protagonistas grandes y pequeños con una técnica semejante a las novelas de Dos Passos, Schönpflug nos da un panorama equilibrado y de gran viveza de unos meses en los que «lo que era viejo y podrido ha terminado», como dijo un político alemán, y la historia del mundo tomó una nueva dirección.