La importancia de saber escribir una carta
YA FUERAN DE AMOR, de negocios o políticas, en todas las cartas se tenía que amoldar el texto a los fines y destinatarios. Las cartas formales se organizaban en tres partes: proemio, discurso y conclusión. Tras la expresión inicial de saludo,
con fórmulas para atraerse la voluntad del receptor y desearle buena salud o prosperidad, el preámbulo introducía el tema. A continuación, venía la parte central, con la exposición del asunto, informaciones, razones y argumentos. Al terminar la carta, el emisor
podía disculpar su atrevimiento, manifestar su compromiso con el destinatario y corroborar las expresiones de afecto y cortesía que había expuesto al principio. Obviamente, muchas misivas cotidianas y familiares se redactaban con menos miramientos.