LA TUMBA DE LOS ESCUDOS Y LAS SILLAS
EN 1834 se descubrió en la necrópolis de la Banditaccia, en Cerveteri, una sorprendente tumba de mediados del siglo VI a.C. Bajo un viejo túmulo se abrió un nuevo hipogeo, con un corto dromos a o pasillo y un atrio rectangular b, tallado en la piedra volcánica y decorado con los escudos y las sillas o tronos que le dieron nombre. Este atrio central era el espacio público de la tumba, en el que se celebraba el banquete fúnebre el día en que el cadáver era depositado sobre su lecho mortuorio. Su decoración evocaba el ambiente familiar de una vivienda privada e incluía elementos que señalaban el prestigio social de sus moradores, como las sillas con respaldo alto y los escudos tallados en la piedra, sustitutos del mobiliario en bronce de las tumbas precedentes. Al atrio se abrían tres cámaras sepulcrales c, que albergaban lechos tallados en la roca. La cámara del centro estaba destinada al miembro fundador de la tumba y a su esposa, mientras que las laterales acogían a sus descendientes más cercanos. Las toscas paredes de piedra se iluminaban con coloridos motivos geométricos o animados, de los que apenas queda ya rastro.