EL GRAN SULTÁN DE LA ALHAMBRA
MUHAMMAD V asumió el poder del reino nazarí de Granada con tan sólo 16 años. Cuatro años después, en 1358, un complot palaciego lo apartó del trono y se vio obligado a refugiarse en Fez. Pero pudo hacerse de nuevo con el poder, y su habilidad diplomática le permitió consolidar las fronteras del reino, que llevó a su máximo apogeo, mientras remodelaba el palacio de la Alhambra para convertirlo en símbolo de su poderío.