UNA DIOSA ENTRE SUS ANTEPASADOS
EN EL AÑO 69 A.C., César pronunció el elogio fúnebre de su tía Julia, y aprovechó la ocasión para proclamar la ascendencia divina de su familia. El ambicioso joven dijo que la diosa Venus, tras su unión con Anquises (miembro de la familia real de Troya), alumbró al héroe Eneas, padre a su vez de Ascanio o Julo, el ancestro mítico de la estirpe a la que pertenecía Julio César. De esta forma, los Julios se vinculaban a las raíces de Roma y el pueblo romano, ya que Rómulo y Remo, fundadores de la ciudad, también pertenecían a la estirpe de Eneas.
En su invocación antes de la batalla de
Farsalia, César efectuó el voto en favor de Venus Victrix, pero luego pensó que sería más provechoso conferirle el epíteto de genetrix, «engendradora», para destacar la asociación de la diosa con su linaje o gens.